Ultimátum electoral de Kennedy a Carter

El senador Edward Kennedy reconoció abiertamente ayer que está considerando la posibilidad de presentarse como candidato a la presidencia de Estados Unidos en las elecciones de 1980, y dio una especie de ultimátum de tres meses al presidente, Jimmy Carter, para que arregle la situación económica del país.En diversas entrevistas y charlas con los reporteros, que le asedian constantemente, el senador por Massachusetts insistió en que antes de que finalice el año habrá tomado una decisión sobre su candidatura. De este modo, Kennedy podrá entrar en la batalla electoral desde el principio, enfrentá...

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El senador Edward Kennedy reconoció abiertamente ayer que está considerando la posibilidad de presentarse como candidato a la presidencia de Estados Unidos en las elecciones de 1980, y dio una especie de ultimátum de tres meses al presidente, Jimmy Carter, para que arregle la situación económica del país.En diversas entrevistas y charlas con los reporteros, que le asedian constantemente, el senador por Massachusetts insistió en que antes de que finalice el año habrá tomado una decisión sobre su candidatura. De este modo, Kennedy podrá entrar en la batalla electoral desde el principio, enfrentándose a los demás candidatos en el caucus demócrata de lowa, en enero, y en las elecciones primarias de New Hampshire, que se celebrarán el 26 de febrero.

Kennedy confirmó prácticamente que presentará su candidatura, «a menos que se prodúzca una mejoría en la situación económica o, por lo menos, que el pueblo norteamericano perciba que se está produciendo tal mejoría». Para los observadores políticos, esa frase del senador fue un claro ultimátum a Carter: o mejora su gestión en tres meses o Kennedy le disputará la nominación por el Partido Demócrata.

Al salir de una gala benéfica, el martes por la noche, Edward Kennedy dijo que si se decide a enfrentárse con Carter por la nominación demócrata, la batalla será «muy dura». Pero el senador aseguró que «algunos de mis colegas en el Senado y en la Cámara de Representantes me han pedido que considere la posibilidad de presentar mi candidatura».

Este aspecto aparece también como decisivo para la entrada de Kennedy en la carrera hacia la Casa Blanca. Los senadores, congresistas y gobernadores estatales, que deben poner en juego sus puestos en las elecciones de 1980, temen que la presencia de Carter a la cabeza del Partido Demócrata resulte en una ventaja de los republicanos, que, aunque pierdan de nuevo la Casa Blanca, podrían mejorar su posición en el legislativo y en los poderes locales.

De los 34 escaños del Senado que deben renovarse en 1980, veinticuatro son demócratas, mientras que la Cámara de Representantes se renueva completamente cada dos años. Pese al poder del incumbent, o candidato que se presenta a la reelección desde la oficina pública, en la política norteamericana, muchos demócratas creen que con Carter en la papeleta presidencial los republicanos podrían llegar incluso a obtener mayoría en las Cámaras.

Por su parte, el presidente, Jimmy Carter, no deja dudas de que está dispuesto a buscar la reelección y que no piensa retirarse de la campaña electoral, aunque sea Edward Kennedy su oponente.

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