El presidente italiano intenta evitar las elecciones anticipadas

Después de 34 días de crisis de Gobierno en Italia, la situación vuelve a su punto de partida. Tras las renuncias del demócrata-cristiano Giulio Andreotti y del republicano Ugo la Malfa, el presidente de la República, Sandro Pertini, inició ayer un nuevo y último ciclo de consultas para examinar si existe aún la posibilidad de evitar las elecciones anticipadas, para las cuales ya se preparan todos los partidos.Las últimas hipótesis que circulan en los pasillos del Parlamento, mientras Pertini recibía a los líderes políticos, eran sólo dos: o elecciones anticipadas o formación de un Gobierno «p...

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Después de 34 días de crisis de Gobierno en Italia, la situación vuelve a su punto de partida. Tras las renuncias del demócrata-cristiano Giulio Andreotti y del republicano Ugo la Malfa, el presidente de la República, Sandro Pertini, inició ayer un nuevo y último ciclo de consultas para examinar si existe aún la posibilidad de evitar las elecciones anticipadas, para las cuales ya se preparan todos los partidos.Las últimas hipótesis que circulan en los pasillos del Parlamento, mientras Pertini recibía a los líderes políticos, eran sólo dos: o elecciones anticipadas o formación de un Gobierno «puente», como han pedido socialistas y socialdemócratas, quienes han afirmado «no resignarse a que se disuelva el Parlamento antes de haber celebrado las elecciones europeas».

En un importante discurso, el secretario general del PCI, Enrico Berlinguer, afirmó en Nápoles que «los comunistas pasarán a la oposición, que «no se opondrá a la formación de otras mayorías democráticas, que, lógicamente, no corresponde proponer a los comunistas. Berlinguer repitió que continuarán con la política de «oposición constructiva» y de «solidaridad nacional» y criticó duramente a la DC por su «arrogancia» y el veto a la entrada de independientes de izquierda en el Gobierno.

.Por su parte, la Democracia Cristiana, tras una reunión de la dirección del partido, atribuye a la «rigidez» del PCI y a la «ambigüedad» del PSI el que no se haya podido crear un Gobierno de «amplia solidaridad democrática».

Algunos observadores han interpretado la flexibilidad comunista hacia la formación de un Gobierno con el apoyo socialista como un deseo de querer monopolizar la oposición del país, cuando ha quedado ya claro que por ahora tienen cerrado el camino del Gobierno.

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