Dos aviones Mystere para dos ministros

La presencia en Bruselas de los titulares de Asuntos Exteriores y de Relaciones con la CEE del Gobierno español no estuvo exenta de detalles curiosos. Al margen del dualismo en la forma de ver el camino hacia Europa, entre los señores Oreja y Calvo Sotelo, se mantuvo el dualismo en varias de sus actuaciones. Unas veces justificadas por sus responsabilidades particulares y otras por motivos de representatividad.Calvo Sotelo no fue invitado, a pesar de la presencia de Roy Jenkins, presidente de la Comisión Europea, al almuerzo ofrecido por el ministro belga de Asuntos Exteriores, Henry Simonet....

La presencia en Bruselas de los titulares de Asuntos Exteriores y de Relaciones con la CEE del Gobierno español no estuvo exenta de detalles curiosos. Al margen del dualismo en la forma de ver el camino hacia Europa, entre los señores Oreja y Calvo Sotelo, se mantuvo el dualismo en varias de sus actuaciones. Unas veces justificadas por sus responsabilidades particulares y otras por motivos de representatividad.Calvo Sotelo no fue invitado, a pesar de la presencia de Roy Jenkins, presidente de la Comisión Europea, al almuerzo ofrecido por el ministro belga de Asuntos Exteriores, Henry Simonet.

El clima electoralista se dejó para los otros. En rueda de prensa con periodistas españoles, Calvo Sotelo criticó duramente la tribuna libre publicada en EL PAIS del domingo por el responsable de relaciones exteriores del PSOE, Luis Yáñez, calificando su primera parte de «ataque personal» y la segunda «como una serie de puntos que coinciden prácticamente con el discurso de apertura». Definió las opiniones del PSOE de electoralistas y (pensando, probablemente, en los carteles electorales del Partido Socialista) afirmó que en los cien años que le quedan al PSOE de Oposición le queda tiempo para aprender modales políticos. Hay que decir que, en entrevista publicada en el diario La Libre Belgique, Calvo Sotelo se declara contrario a la posibilidad de una coalición gubernamental UCD-PSOE.

Cabe recordar, para la pequeña historia, que cada uno de los dos ministros españoles presentes en Bruselas viajó separadamente en sendos aviones privados Mistere. Por lo visto, sus diferencias sobre la visión del delicado camino hacia la CEE, o su apretada agenda preelectoral, no les permitió, cuanto menos, coincidir con los mismos horarios en un solo avión particular, amén de los tres vuelos regulares entre Bruselas y Madrid o viceversa.