Crisis de Gobierno en Italia antes de que finalice enero

Los observadores políticos en Italia afirman que sería un milagro si termina enero sin una crisis de Gobierno. Los socialdemócratas acaban de declarar que pedirán la crisis formalmente a mitad de mes. Este partido considera necesario un nuevo Gobierno, con un Gabinete formado a medias por democristianos y técnicos simpatizantes de los diversos partidos de izquierdas. Esta solución no desagrada a socialistas y comunistas, los cuales, sin embargo, siguen pidiendo un Gobierno de unidad nacional, con inclusión de los comunistas.

Los republicanos son c la crisis, pero la aceptarían a condici...

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Los observadores políticos en Italia afirman que sería un milagro si termina enero sin una crisis de Gobierno. Los socialdemócratas acaban de declarar que pedirán la crisis formalmente a mitad de mes. Este partido considera necesario un nuevo Gobierno, con un Gabinete formado a medias por democristianos y técnicos simpatizantes de los diversos partidos de izquierdas. Esta solución no desagrada a socialistas y comunistas, los cuales, sin embargo, siguen pidiendo un Gobierno de unidad nacional, con inclusión de los comunistas.

Los republicanos son c la crisis, pero la aceptarían a condición de que Glullo Andreotti continúe como presidente del Gobierno.La Democracia Cristiana continúa insistiendo en que lo único que se puede hacer es incrementar el trabajo del actual Gabinete y potenciar la política de la actual mayoría parlamentaria, que es el punto máximo posible en este momento. Pero, a pesar de todo, la Democracia Cristiana no sería contraria a una crisis, siempre que se formara un Gabinete fuertemente controlado por ella, aunque con algunos técnicos simpatizantes de la izquierda.

Expertos en política, como el radical socialista Eugenio Scalfari, director del diario La Repubblica, subrayan dos elementos importantes y nuevos en la política que se abre con el Año Nuevo: «Una mayor fuerza y seguridad de la Democracia Cristiana, la cual viene acompañada simétricamente por una menor fuerza y seguridad del Partido Comunista», y la vuelta a la escena de los partidos laicos intermedios que se habían quedado prácticamente fuera de juego con la política del «compromiso histórico ». El hecho de que un partido hasta ayer casi inexistente, como el Socialdemócrata, se permita el lujo, con su nuevo joven secretario general, Pietro Longo, de abrir una crisis de Gobierno, es un dato que muchos observadores consideran como un test importante.

Elecciones anticipadas

Por su parte, los comunistas en estos días proponen un mayor acercamiento a los socialistas, recalcando, como hizo ayer el dirigente del PCI Macaluso, miembro de la secretaría, que el actual Gobierno ha tocado fondo y que es necesario un cambio radical de políticas se desean evitarlas elecciones anticipadas.

Y este es el punto crucial de que nadie desea hablar, pero al que todos los partidos se están ya preparando. Aunque el presidente de la República, Sandro Pertini, es contrario a la disolución del Parlamento, los principales partidos saben que abrir en este momento una crisis de Gobierno podría significar nuevas elecciones generales. EL PAÍS ha sido informado que uno de los mayores partidos italianos está ya imprimiendo la propaganda para las elecciones con pancartas y pasquines, dejando sólo la fecha en blanco.

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Las hipótesis con las cuales se abre el nuevo año político son, pues, éstas: crisis de Gobierno en este mes o principios de febrero, con la posible creación de un nuevo Gabinete Andreotti con democristianos y técnicos de izquierdas. Si esto no fuera posible, se podría llegar a un nuevo Gobierno de coalición, y en este caso, la incógnita es la reacción de los comunistas y el acuerdo previo entre éstos y los socialistas; si las cosas se estrellan, la solución final serían las elecciones anticipadas.

En esta última hipótesis, la Democracia Cristiana está segura de vencer; los comunistas esperan conservar su fuerza potencial, aunque perdiendo algún punto, mientras la incógnita mayor serán los socialistas, que se jugarían en estas elecciones después de la nueva estrategia de Bettino Craxi su futuro para varios años.

Pero el mayor interrogante italiano sigue siendo la presencia del Partido Comunista: nadie piensa que pueda volver a la oposición, pero, al mismo tiempo, con una Democracia Cristiana más fuerte y sin Aldo Moro, nadie sabe cómo puede entrar en el Gobierno, cuando la Democracia Cristiana, que es el partido de mayoría relativa, lo excluye categóricamente.

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