Cartas al director

Mujer y castellano

A medida que la mujer va invadiendo poco a poco las actividades que antes eran exclusivas de los varones, nos estamos haciendo un verdadero lío con los nombres de esas profesiones cuando son ejercidas por nuestras féminas. Ya hace unos días, en el texto sobre el fallecimiento de Golda Meir, apareció en EL PAIS la siguiente frase, verdadero disparate idiomático: «La ex primer ministra israelí...», y ayer, día 20, un titular del mismo periódico, rezaba: «La ex primera ministra hindú ... » Otras veces se trata de «la presidenta del PC», o se escribe de «la diputada tal». Si seguimos así, por el m...

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A medida que la mujer va invadiendo poco a poco las actividades que antes eran exclusivas de los varones, nos estamos haciendo un verdadero lío con los nombres de esas profesiones cuando son ejercidas por nuestras féminas. Ya hace unos días, en el texto sobre el fallecimiento de Golda Meir, apareció en EL PAIS la siguiente frase, verdadero disparate idiomático: «La ex primer ministra israelí...», y ayer, día 20, un titular del mismo periódico, rezaba: «La ex primera ministra hindú ... » Otras veces se trata de «la presidenta del PC», o se escribe de «la diputada tal». Si seguimos así, por el mismo camino, acabaremos leyendo que «la amanta de fulano ha tenido un niño» o que «la agenta municipal ha multado un coche mal aparcado», o que «la testiga ha declarado ante la jueza».Aunque hace mucho tiempo recuerdo que en la gramática que estudiaba en mis años mozos, aparecía que, además de los géneros masculino y femenino, existe, entre otros, el género común, aplicable a sustantivos de personas que tienen la misma forma para el masculino que para el femenino. Así, por ejemplo, se dice: «El cantante y la cantante»; «el artista y la artista»; «el modista y la modista», con un largo etcétera, etcétera. Creo, pues, que cuando la presidencia de cualquier organismo es ejercida por una mujer, se debe decir: «la presidente» y cuando regenta un ministerio, «la señora ministro». De otra forma, no hacemos otra cosa que destrozar el idioma.

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