Industrial secuestrado y herido de bala en Hernani

Un industrial de la localidad guipuzcoana de Hernani permaneció secuestrado ayer por la mañana durante una hora por cuatro encapuchados, que, al no obtener de su víctima la cantidad de dos millones de pesetas que le requerían, decidieron trasladarlo a una campa de la vecina población de Urbieta, donde le dispararon un tiro en una pierna.El hecho se produjo a las nueve y media de la mañana, cuando cuatro jóvenes armados se presentaron en el domicilio de José Elícegui Gurruchaga, uno de los principales socios de Construcciones Elga, que presentó suspensión de pagos hace aproximadamente un año....

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Un industrial de la localidad guipuzcoana de Hernani permaneció secuestrado ayer por la mañana durante una hora por cuatro encapuchados, que, al no obtener de su víctima la cantidad de dos millones de pesetas que le requerían, decidieron trasladarlo a una campa de la vecina población de Urbieta, donde le dispararon un tiro en una pierna.El hecho se produjo a las nueve y media de la mañana, cuando cuatro jóvenes armados se presentaron en el domicilio de José Elícegui Gurruchaga, uno de los principales socios de Construcciones Elga, que presentó suspensión de pagos hace aproximadamente un año.

La esposa del constructor fue quien, a la hora mencionada, abrió la puerta a los cuatro agresores, a los que comunicó, en medio de un gran nerviosismo, que su marido, por el que preguntaban, se encontraba en la cama. Los cuatro jóvenes armados, tras tranquilizarla, le informaron de que sólo querían hablar unos momentos con el industrial.

Después de una corta entrevista en el domicilio y minutos después de que la casa fuese exhaustivamente registrada, José Elícegui fue obligado a introducirse en su propio automóvil, aparcado en las proximidades, en el que fue trasladado a una campa de Urbieta, distante tres kilómetros de Hernani y a unos cincuenta metros del caserío Elkezábal. En este lugar fue abandonado por sus secuestradores, que se llevaron el vehículo, no sin antes haber disparado a su víctima en una pierna.

Hasta el momento se ignoran las razones por las que José Elícegui no complació la demanda de sus secuestradores. Un niño dio la alarma.

A las once de la mañana, varios jóvenes que pasaban por el lugar citado encontraron al industrial herido y lo trasladaron a su casa de Hernani, desde donde fue conducido a la clínica San Antonio, de San Sebastián, y sometido a una operación quirúrgica. Una vez extraída la bala alojada en la pierna, se le apreció fractura de fémur y fue trasladado a la Residencia Sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu, de la capital donostiarra. Actualmente permanece ingresado y evoluciona favorablemente de sus heridas, que en principio carecen de gravedad.

El estado de salud del industrial pudiera haber sido mucho más grave de haber permanecido más tiempo perdiendo sangre por la herida. Fue un muchacho de catorce años, Javier Laza, que vive en uno de los caseríos más próximos, quien oyó el disparo, efectuado exactamente a las 11.30 de la mañana, y se desplazó inmediatamente al lugar de los hechos. Tras encontrar al herido, avisó a los jóvenes que lo trasladaron al centro sanitario, debido a lo cual su estado no reviste excesiva gravedad.

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La esposa de José Elicegui Gurruchaga declaró ayer a Europa Press que su marido jamás había recibido amenazas ni se le había pedido nunca dinero. En la capital donostiarra se especula con la posibilidad de que el atentado pudiera estar provocado por la suspensión de pagos de la empresa propiedad del constructor.

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