Carter anuncia una reducción mínima en la exportación de armas

La Casa Blanca anunció ayer una modesta reducción en el volumen de armas convencionales que se permitirá exportar durante el presente año fiscal a países no aliados de Estados Unidos, y cuyo valor no podrá superar los 8.340 millones de dólares.

Se trata de la segunda reducción de exportaciones de armamento decretada por la Administración Carter, aunque su alcance es más bien simbólico. El techo máximo impuesto a las ventas de armas convencionales durante el año fiscal 1978 fue de 8.551 millones de dólares, lo que supone una reducción real de sólo 117 millones.

Este límite no ...

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La Casa Blanca anunció ayer una modesta reducción en el volumen de armas convencionales que se permitirá exportar durante el presente año fiscal a países no aliados de Estados Unidos, y cuyo valor no podrá superar los 8.340 millones de dólares.

Se trata de la segunda reducción de exportaciones de armamento decretada por la Administración Carter, aunque su alcance es más bien simbólico. El techo máximo impuesto a las ventas de armas convencionales durante el año fiscal 1978 fue de 8.551 millones de dólares, lo que supone una reducción real de sólo 117 millones.

Este límite no afecta a las exportaciones de material de guerra norteamericano destinadas a los países de la OTAN, Japón, Australia, Nueva Zelanda y aquéllos otros que mantienen un tratado defensivo con Norteamérica. El año pasado se vendieron a estas naciones unos 5.000 millones de dólares en armas.

En total, Estados Unidos vendió en el año fiscal 1978, finalizado en septiembre pasado, armas por valor de 13.200 millones de dólares y los expertos creen que en el presente año la cifra será muy aproximada.

Un comunicado hecho público por la Casa Blanca anuncia la nueva reducción, pero añade que en el futuro la decisión del presidente sobre el volumen de armas a exportar dependerá de como actúen en este terreno los otros grandes suministradores de armamento, es decir, la Unión Soviética, Francia y el Reino Unido.

La poderosa industria bélica norteamericana viene presionando para que desaparezca el techo máximo impuesto a sus exportaciones por Carter, mientras que los sectores liberales del Congreso se quejan de que la reducción es mínima y no contribuye en absoluto a detener la escalada armamentista mundial.

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