El rector de la Pontificia de Salamanca defiende las universidades privadas

"Sería pintoresco que, después de haber aparecido como defensor de la libertad de enseñanza en el período constituyente, el partido del Gobierno promulgara una ley universitaria en la que no solamente no se desarrollasen los derechos constitucionales, sino que quedaran de nuevo ambiguos y hasta restringidos.» Con estas palabras el rector de la Universidad Pontificia de Salamanca, Fernando Sebastián, se refirió ayer, en el acto inaugural del nuevo curso, al proyecto de ley sobre autonomía universitaria, que, según él, podría ser acusado de anticonstitucional en el caso de no introducir en é...

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"Sería pintoresco que, después de haber aparecido como defensor de la libertad de enseñanza en el período constituyente, el partido del Gobierno promulgara una ley universitaria en la que no solamente no se desarrollasen los derechos constitucionales, sino que quedaran de nuevo ambiguos y hasta restringidos.» Con estas palabras el rector de la Universidad Pontificia de Salamanca, Fernando Sebastián, se refirió ayer, en el acto inaugural del nuevo curso, al proyecto de ley sobre autonomía universitaria, que, según él, podría ser acusado de anticonstitucional en el caso de no introducir en él algunas reformas. Los puntos que, según el rector, carecen de claridad en tal proyecto se refieren a la equiparación de estudios y titulaciones sin necesidad de contratar profesores previamente habilitados por el Estado; igualdad fiscal con respecto a las demás universidades estatales; igualdad entre alumnos de las universidades eclesiásticas y civiles referidas a ayudas legales y económicas; aportaciones económicas del Estado y la admisión de las universidades privadas en el Consejo General de Universidades.

El señor Sebastián Aguilar aludió, asimismo, a la solidez jurídica y económica actual de la Universidad, cuyos presupuestos han sido asumidos este año por la Conferencia Episcopal, ya la posibilidad de realizar un «trabajo más universitario» una vez que la situación política pasada, en la que existía una voluntad de utilizar la Universidad como lugar de propaganda partidista y plataforma de presentación ante la sociedad, ha finalizado.

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