Tribuna:

¿Hasta cuándo?

A punto de cumplir los plazos reglamentarios para la presentación de los Presupuestos del Estado en las Cortes, el Ministerio de Sanidad y Seguridad. Social todavía sigue sin remitir al de Hacienda sus previsiones de ingresos y gastos para 1979, cuyo volumen aproximado pudiera alcanzar los 1,5 billones de pesetas. Tras la cortina de humo de unos escándalos hospitalarios y una reestructuración fantasmagórica lo que en verdad se esconde es la más flagrante de las incompetencias para gestionar ese ingente monstruo denominado Seguridad Social, cuyas previsiones presupuestarias superan por primera ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

A punto de cumplir los plazos reglamentarios para la presentación de los Presupuestos del Estado en las Cortes, el Ministerio de Sanidad y Seguridad. Social todavía sigue sin remitir al de Hacienda sus previsiones de ingresos y gastos para 1979, cuyo volumen aproximado pudiera alcanzar los 1,5 billones de pesetas. Tras la cortina de humo de unos escándalos hospitalarios y una reestructuración fantasmagórica lo que en verdad se esconde es la más flagrante de las incompetencias para gestionar ese ingente monstruo denominado Seguridad Social, cuyas previsiones presupuestarias superan por primera vez las del Estado para los próximos doce meses. Incompetencia que ahora se pretende personalizar en los afectados por la anunciada restructuración, desviando de paso la atención hacia ejemplos de menor cuantía.

En medio de tanto despropósito, sorprende constatar que el actual titular del Ministerio, Enrique Sánchez de León, haya precisado doce meses para darse cuenta de uno solo de los mil casos de irregularidad -por emplear un término bondadoso- que son de dominio público y que los sufridos beneficiarios de la SS no cesan de denunciar. Sorprende todavía más que hayan sido necesarios meses y meses de ineficacia para que se decida a sustituir a sus inmediatos colaboradores. Pero el colmo de las sorpresas surge al comprobar cómo altas personalidades del Gobierno reconocen off the record no tener ni idea de lo que ocurre con la SS, mientras el señor Sánchez de León sigue en su puesto. ¿Hasta cuándo?

Archivado En