Hassan II ofrece participación en el Gobierno marroquí a los dirigentes polisarios

Si el Frente Polisario acepta terminar la guerra en el Sahara y sus miembros regresan a Marruecos, Hassan II cambiaría a su primer ministro y al Gobierno, para reservarles a éstos carteras ministeriales en el ejecutivo marroquí, de acuerdo con una entrevista concedida por el monarca alauita a la revista árabe Al Watan al Arabi, que se edita en Francia, y publicada en su último número de ayer.

Preguntado por las relaciones entre Marruecos y Mauritania. Hassan II afirma que los «compromisos escritos entre los dos países hacen de Marruecos el aliado natural de Mauritania, tanto en la paz c...

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Si el Frente Polisario acepta terminar la guerra en el Sahara y sus miembros regresan a Marruecos, Hassan II cambiaría a su primer ministro y al Gobierno, para reservarles a éstos carteras ministeriales en el ejecutivo marroquí, de acuerdo con una entrevista concedida por el monarca alauita a la revista árabe Al Watan al Arabi, que se edita en Francia, y publicada en su último número de ayer.

Preguntado por las relaciones entre Marruecos y Mauritania. Hassan II afirma que los «compromisos escritos entre los dos países hacen de Marruecos el aliado natural de Mauritania, tanto en la paz como en la guerra, mientras ello no perjudique a la entidad marroquí y sus instituciones sagradas». Después de reiterar que Marruecos estará del lado de Mauritania, con todas sus potencialidades, incluidas las militares, «porque la potencia militar constituye un elemento importante en la búsqueda de la paz», Hassan II indica que si Mauritania quiere la paz «nos incumbe prodigarle consejos como nos enseña nuestra religión, para que la paz no, sea una capitulación y no lleve a una serie de golpes de Estado que creen un clima de inseguridad en la región».

En una retrospectiva histórica de las relaciones mauritano-marroquíes, Hassan II subraya que al inicio de su independencia Mauritania escogió «la vía socia lista de las nacionalizaciones, del partido único y del sindicato unificado». Después de señala los problemas que, según él, acarreó esta actitud al régimen de Nuakchott, por la inexistencia de cuadros y de riquezas, el soberano marroquí sostiene que «si las relaciones de Marruecos y Mauritania, entonces, hubiesen sido normales, este país no se hubiera colocado del lado de lo que llamó socialismo y hubiese encontrado en Marruecos una ayuda, ejemplo y consejos para seguir la vía del justo medio».

Con respecto a las diferencias de Marruecos con Argelia, sostiene Hassan II que el régimen de Argel no quería que Marruecos tuviese fronteras con Africa -«digo Africa y no Mauritania», precisa el rey marroquí-, sino tenerlo aislado por Argelia y el océano, por una parte, el Sahara y el mar, por otra.

«Argelia no admitía -señala Hassan II- que Marruecos se abriese a Europa por la vía de una España en buenas relaciones con Marruecos, ni que Rabat reencontrase sus raíces en el Sur, en esa África auténtica.» «En lo que concierne al Sahara -sigue Hassan-, Argelia quiere mantenernos en conflicto perpetuo con España para ahogar nuestras aspiraciones hacia el Norte y perpetuar nuestro conflicto sobre el Sahara con Mauritania para cortarnos del Sur y mantenernos cercados por Argelia y el Atlántico.»

Aunque Hassan II afirma que después del golpe del 10 de julio en Mauritania nada ha cambiado en la región, a lo largo de su entrevista no se muestra optimista sobre las perspectivas de solución

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