La sorpresa de un socialista mexicano

El viaje del secretario general del PSOE, Felipe González, Y de su presidente honorario, Enrique Tierno Galván, a México, invitados por el Gobierno mexicano y el reaccionario Partido Revolucionario Institucional, no ha podido sino sorprendernos a todos los socialistas mexicanos que propugnamos una transformación radical y democrática de las estructuras políticas y sociales de nuestro país.No creemos que sea ajeno al conocimiento de los dirigentes socialistas españoles que el Gobierno mexicano, jugando la carta progresista en política exterior, mantiene un aparato de represión mucho más perfecc...

El viaje del secretario general del PSOE, Felipe González, Y de su presidente honorario, Enrique Tierno Galván, a México, invitados por el Gobierno mexicano y el reaccionario Partido Revolucionario Institucional, no ha podido sino sorprendernos a todos los socialistas mexicanos que propugnamos una transformación radical y democrática de las estructuras políticas y sociales de nuestro país.No creemos que sea ajeno al conocimiento de los dirigentes socialistas españoles que el Gobierno mexicano, jugando la carta progresista en política exterior, mantiene un aparato de represión mucho más perfeccionado que cualquier otro de las dictaduras latinoamericanas; ni dudamos tampoco que sea de su conocimiento que el partido del que han sido huéspedes tiene en su historia más reciente la gloria de la represión a los movimientos populares de ferrocarrileros y campesinos, y que sus hombres fueron quienes ordenaron la bárbara masacre de estudiantes de la plaza de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968.

Las fuerzas progresistas mexicanas no podemos sino lamentar el respaldo moral que la presencia de los dirigentes del PSOE presta a las fuerzas más antipopulares y reaccionarias de la nación, que si en el exterior pueden aún engañar, en el interior del país ya no lo hacen ni con una pretendida reforma política, demagógica e hipócrita.