Cartas al director

Asombro

Leí con cierto asombro la carta de don Rafael Rojano publicada en EL PAIS bajo el epígrafe Tener hijos.Asombro por dos motivos: primero, por constatar lo que ha evolucionado la Seguridad Social, que ahora sugiere soluciones que hasta hace nada eran consideradas criminosas.

Y segundo, por el escándalo del señor Rojano. En efecto no parece que la ocasión sea como para escandalizarse, puesto que lo único que se hizo es pedir su autorización para algo a lo que podía acceder o no. Decidió que no era plato de su gusto y a cambiar de tema. El escándalo, en mi opinión, no cabe aquí.
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Leí con cierto asombro la carta de don Rafael Rojano publicada en EL PAIS bajo el epígrafe Tener hijos.Asombro por dos motivos: primero, por constatar lo que ha evolucionado la Seguridad Social, que ahora sugiere soluciones que hasta hace nada eran consideradas criminosas.

Y segundo, por el escándalo del señor Rojano. En efecto no parece que la ocasión sea como para escandalizarse, puesto que lo único que se hizo es pedir su autorización para algo a lo que podía acceder o no. Decidió que no era plato de su gusto y a cambiar de tema. El escándalo, en mi opinión, no cabe aquí.

Quizá hubiera sido una muestra de amor familiar adicional el haber convocado una reunión con el médico que atendió a su esposa, por si hubiera razones médicas que aconsejaran la intervención, y con su santa esposa, que quizá también hubiera podido contribuir algo al debate.

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