Un Gobierno sin imaginación

Ya vamos estando acostumbrados a que las cosas se intenten solucionar cuando se llega al punto más crítico. El caso de la pesca es uno de esos ejemplos. Ya hacía tiempo que las perspectivas eran pesimistas, pero como se podía ir «tirando», no se le dio mayor importancia o no se le dio la que era de esperar. Es verdad que son muchos los problemas que hacen acto de presencia, en la vida de nuestro país y que, a veces, no se sabe hacia qué lado dirigir la mirada. Pero lo que no se puede justificar es que siempre tenga que surgir el «follón», que siempre haya que esperar que la gente se eche a la ...

Ya vamos estando acostumbrados a que las cosas se intenten solucionar cuando se llega al punto más crítico. El caso de la pesca es uno de esos ejemplos. Ya hacía tiempo que las perspectivas eran pesimistas, pero como se podía ir «tirando», no se le dio mayor importancia o no se le dio la que era de esperar. Es verdad que son muchos los problemas que hacen acto de presencia, en la vida de nuestro país y que, a veces, no se sabe hacia qué lado dirigir la mirada. Pero lo que no se puede justificar es que siempre tenga que surgir el «follón», que siempre haya que esperar que la gente se eche a la calle, para que el Gobierno haga algo. Para mí esto es un signo revelador de la falta de imaginación (va hacia donde lo llevan) de previsión, de este Gobierno, que desde que llegó al poder se ha sentido especialmete apto para emitir declaraciones, sin que luego, a la hora de la verdad, hayan hecho acto de presencia los hechos, su consecuencia más lógica.Por favor, señores del Gobierno, no sigan dejan do las cosas para cuando ya no hay más remedio, ya que, de lo contrario, van a conseguir que nos acostumbremos a que toda solución necesariamente tenga que llegar por el camino de la desesperación, de los gritos en la calle.