Elecciones para presidir la Junta de comercio de la UNCTAD

Extrañeza, malestar y los más variados comentarios produjo en los medios diplomáticos de Naciones Unidas en Ginebra la actitud del Gobierno chileno, que por intermedio de uno de sus representantes objetó formalmente la candidatura de Venezuela, para que su embajador ante la ONU, Diego Luis Castellano, ocupara la presidencia de la Junta de Comercio y Desarrollo de la UNCTAD.

La Junta de Comercio y Desarrollo, que agrupa a todos los estados miembros de dicho organismo, se reúne como mínimo una vez por año y ocupa el segundo lugar en importancia en el seno de la UNCTAD, después de la c...

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Extrañeza, malestar y los más variados comentarios produjo en los medios diplomáticos de Naciones Unidas en Ginebra la actitud del Gobierno chileno, que por intermedio de uno de sus representantes objetó formalmente la candidatura de Venezuela, para que su embajador ante la ONU, Diego Luis Castellano, ocupara la presidencia de la Junta de Comercio y Desarrollo de la UNCTAD.

La Junta de Comercio y Desarrollo, que agrupa a todos los estados miembros de dicho organismo, se reúne como mínimo una vez por año y ocupa el segundo lugar en importancia en el seno de la UNCTAD, después de la conferencia de ésta, que se celebra cada tres años y que reúne a prácticamente a todos los países miembros de las Naciones Unidas para debatir problemas económicos de orden internacional.La elección para la presidencia de la Junta de Comercio y Desarrollo debe celebrarse el próximo mes de agosto, y de acuerdo con el sistema de rotación por regiones, este año le toca a un país latinoamericano presidirla por un período de doce meses.

El delegado del Gobierno chileno objetó la candidatura del embajador venezolano, a pesar de las simpatías que ésta despertaba y despierta en el resto de los países del c inente latinoamericano. La candidatura del embajador Diego Luis Castellano, uno de los diplomáticos más activos del Grupo de los 77 o países en desarrollo, fue promovida con especial dedicación por el embajador Gabriel Martínez, de Argentina. Este hecho, que no aparece como secundario, dada la situación de aislamiento internacional que vive el régimen militar de Chile (especialmente en el seno de los organismos de las Naciones Unidas), y de las frías relaciones entre las juntas militares de Chile y Argentina por diferencias de orden limítrofe, adquiere para muchos diplomáticos latinoamericanos y tercermundistas caracteres de orden político internacional.

El delegado del Gobierno chileno fundamentó la objeción formal de la candidatura venezolana, recordando que Venezuela fue uno de los países que objetó hace un mes al Gobierno de Chile para que uno de sus representantes ante la ONU en Ginebra ocupara la presidencia del Grupo de los 77, que se renueva cada tres meses por orden alfabético. Fue hace un mes la segunda vez que Chile se vio impedido de ocupar dicha presidencia, ante el rechazo tácito y explícito de un número importante de países en desarrollo.

Cabe finalmente destacar, que el general de la Fuerza Aérea de Chile Gustavo Leigh, dado de baja y destituido de su calidad de miembro de la Junta Militar por el general Augusto Pinochet, entre sus declaraciones públicas que más molestaron a las autoridades militares chilenas, fueron justamente aquellas en que advertía que Chile con su política internacional «está quedando cada vez más peligrosamente aislado».

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