"Amnistía Internacional utilizará el ejemplo de España para luchar contra la pena de muerte"

Francia es una de las naciones europeas que mantiene en sus códigos la pena de muerte. La sección francesa de Amnistía Internacional (Al), la entidad que el pasado año obtuvo el Premio Nobel, de la Paz por luchar en favor de los derechos humanos en todo el mundo, se propone ahora crear el clima propicio para que en el vecino país se siga el ejemplo del Parlamento español y se acabe con esta legislación penal. Está en España la fundadora de la citada sección, Marie José Protais, cuya gran labor en Francia le llevó al comité ejecutivo internacional de AI. En esta entrevista con Juan Cruz analiza...

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Francia es una de las naciones europeas que mantiene en sus códigos la pena de muerte. La sección francesa de Amnistía Internacional (Al), la entidad que el pasado año obtuvo el Premio Nobel, de la Paz por luchar en favor de los derechos humanos en todo el mundo, se propone ahora crear el clima propicio para que en el vecino país se siga el ejemplo del Parlamento español y se acabe con esta legislación penal. Está en España la fundadora de la citada sección, Marie José Protais, cuya gran labor en Francia le llevó al comité ejecutivo internacional de AI. En esta entrevista con Juan Cruz analiza, entre otras cosas, las posibilidades de que en su país fructifique la lucha contra la pena capital. Está en curso, además, el año internacional convocado por Al para pedir la abolición de esta pena en todos los países.

Marie José Protais ha venido a España para asistir a una reunión interna de la recién creada sección española de Al. Ella se va muy satisfecha del clima que ha observado entre los miembros de esta entidad que han asistido a una asamblea sobre el tema de los estatutos que regirán la sección indicada y que, probablemente, se aprobarán en octubre, cuando se produzca el acto constitutivo.La señorita Protais señala que el tema de los procesos contra los disidentes soviéticos, celebrado recientemente en la URSS, no es la única cuestión que preocupa en estos momentos a la entidad que representa. «Por supuesto, sobre Amnistía pesa la presión de la actualidad, pero también tenemos que proseguir campañas de más largo alcance y que no aparecen todos los días en las noticias.»

La declaración del embajador estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas, Andrew Young, sobre la existencia de prisioneros políticos en Norteamérica «no ha tomado por sorpresa a Amnistía Internacional. Nosotros estamos muy interesados en casos como éste, donde además existen más posibilidades de investigar porque la información es más libre.

Con respecto a Estados Unidos nos preocupa la existencia de disidentes de guerra, que viven en el exilio o en prisión como consecuencia de negarse a combatir en Vietnam. También nos preocupa la segregación racial que practican juzgados de algunos Estados, que dictan sentencias diferentes de acuerdo con el color de los inculpados. Esta situación no ha sido resuelta con la llegada de Carter al poder».

La decisión del Congreso de Diputados de España de abolir la pena de muerte produjo entre los miembros de Amnistía Internacional «una reacción de bienvenida y alegría, especialmente si se tiene en cuenta que España ha sido uno de nuestros principales objetivos a lo largo de los años siguientes a nuestra fundación. Posiblemente España se convierta ahora en un modelo para otros países. Sabemos que existen aún salvedades y queda pendiente el julcio del fuero militar sobre la aplicación de la pena en ese campo, pero creemos que este es un paso muy importante hacia la abolición total de la pena. Hay que recordar que pueden contarse con los dedos de una mano los países en los que la abolición, en efecto, es total».

La opinión pública francesa no favorece el abolicismo, dice Mane José Protais. «Hay de un 70 a un 72% de franceses que creen que la pena de muerte es correcta Tenemos que luchar contra ese estado de opinión con una fuerte campaña de mentalización. Esta campaña debe empezar por nuestros propios miembros, algunos de los cuales no están convencidos de que hay que abolir la pena capital, de modo que el proceso de mentalización debe comenzar en nuestro propio seno.»

Una decisión civilizada

Marie José Protais cree que, de todas formas, «la situación va. evolucionando en Francia. Hace unos días fuimos invitados por el presidente de la República. Estuvimos cuarenta minutos con Giscard d'Estaing, en la primera entrevista que el presidente concede a Amnistía. Después de esta conversación tenemos la impresión de que el Parlamento de nuestro país va a debatir el tema de la pena de muerte después del verano. En general, yo soy optimista y creo que la decisión popular puede ser sabia con respecto a este asunto si se le informa correctamente».Por otra parte, piensa la señorita Protais, «creo que en un proceso abolicionista el Parlamento tiene el deber de adelantarse a la opinión pública. Con respecto al tema de la pena capital estimo que el Parlamento tomará la posición más civilizada, sobre todo si se tiene en cuenta que tanto diputados de la izquierda como de la mayoría gubernamental se presentan como abolicionistas».

En cualquier caso, «vamos a utilizar el ejemplo del Parlamento español para presionar en Francia en favor de la idea abolicionista».

Amnistía Internacional no piensa, por el momento, abandonar su misión específica de interesarse por la condición de los detenidos y por velar que sean correctos los juicios que se siguen contra ellos en cualquier lugar del mundo, sea cual fuere el régimen político que impere. En este sentido, seguirá siendo la entidad que denuncie los juicios que se celebran en la Unión Soviética o las supuestas torturas en Irlanda del Norte. El caso de los prisioneros comunes, que en España lleva bastante tiempo de actualidad, sólo importa a la institución citada cuando se tiene constancia de que los juicios no se han ajustado a las normas previstas en los códigos de defensa de los derechos humanos.

«Lo que no quiere Amnistía es utilizar su preocupación por los derechos humanos como un arma política. Nuestra única preocupación son los prisioneros, no los regímenes bajo los cuales sufren su condición. En este plano, nuestro objetivo es la imparcialidad.»

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