La oposición nicaragüense desafía a Somoza

Los componentes del «grupo de los doce», integrado por personalidades abiertamente opuestas al presidente de Nicaragua, Anastasio Somoza, regresarán a su país el próximo 5 de julio, desafiando las órdenes de busca y captura que pesan sobre ellos desde febrero pasado. El grupo, que se había dispersado en diversos países latinoamericanos después de su obligado exilio, se ha reunido nuevamente en la capital de Costa Rica, donde anunciaron su propósito de regresar a Nicaragua.Somoza ha tratado por todos los medios de impedir la entrada en el país de los hombres que en enero último organizaron, ale...

Los componentes del «grupo de los doce», integrado por personalidades abiertamente opuestas al presidente de Nicaragua, Anastasio Somoza, regresarán a su país el próximo 5 de julio, desafiando las órdenes de busca y captura que pesan sobre ellos desde febrero pasado. El grupo, que se había dispersado en diversos países latinoamericanos después de su obligado exilio, se ha reunido nuevamente en la capital de Costa Rica, donde anunciaron su propósito de regresar a Nicaragua.Somoza ha tratado por todos los medios de impedir la entrada en el país de los hombres que en enero último organizaron, alentaron y sostuvieron la huelga nacional que paralizó al país durante tres semanas: ordenó a los consulados que negaran los correspondientes visados de entrada y presionó a diversas compañías aéreas para que no facilitasen pasajes aéreos a los componentes del grupo.

Una de estas compañías, donde «los doce» habían adquirido ya los pasajes, canceló sus reservas y les devolvió el importe de los billetes, explicando que había recibido «fuertes presiones» del Gobierno somocista.

Lo más significativo del «grupo de los doce», cuya primera aparición pública se produjo mediante un manifiesto publicado en el diario La Prensa, en el que se pedía abiertamente la renuncia de Anastasio Somoza, es su absoluta carencia de definición ideológica anterior. Esos integrantes son ricos propietarios, industriales, profesores universitarios, jóvenes profesionales e, incluso, dos sacerdotes. Varios de ellos colaboraron abiertamente con el régimen de Somoza durante años y la mayoría han formado parte de esa pequeña, pero poderosa, burguesía que durante lustros ha sido la base de sustentación de la dinastía somocista.

Este es, precisamente, el punto que más irrita al dictador nicaragüense. Para él resultaría más fácil detener o encarcelar a ese grupo de opositores a su régimen si pudiera acusarles abiertamente de «comunistas» o «sandinistas». No puede hacerlo porque la mayoría son justamente lo contrario, aunque en las presentes circunstancias favorezcan y aboguen por la formación de un amplio frente de oposición en el que participe, por supuesto, el Frente Sandinista de Liberación Nacional.

La decisión de «los doce» de regresar a su país parece formar parte de una nueva ofensiva de la oposición contra Somoza.