Exigen que se suspenda la importación de películas

La necesidad urgente de reactivar el cine español en el aspecto técnico y cultural y de que todos los trabajadores del sector participen en la creación de una legislación sobre materia cinematográfica fueron dos de los principales puntos tratados ayer en la asamblea informativa del cine convocada por CCOO Y UGT.

Al acto, que se celebró a las diez y media en los locales de la AISS, asistió aproximadamente un millar de personas.Al término del mismo, aunque las centrales decidieron que la manifestación prevista no se realizaría por no contar con la autorización correspondiente, un grupo de...

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La necesidad urgente de reactivar el cine español en el aspecto técnico y cultural y de que todos los trabajadores del sector participen en la creación de una legislación sobre materia cinematográfica fueron dos de los principales puntos tratados ayer en la asamblea informativa del cine convocada por CCOO Y UGT.

Al acto, que se celebró a las diez y media en los locales de la AISS, asistió aproximadamente un millar de personas.Al término del mismo, aunque las centrales decidieron que la manifestación prevista no se realizaría por no contar con la autorización correspondiente, un grupo de unas doscientas personas salió a la calle con pancartas -Pío dimite, el cine no te admite, Por la libertad de expresión, etcétera- y por el paseo del Prado se dirigieron hasta la plaza de Cánovas donde se disolvieron a instancias de las fuerzas del orden público que acudieron en dos furgonetas.

A continuación, parte de los manifestantes se trasladaron al Ministerio de Cultura con la intención de entrevistarse con el ministro y presentarle sus exigencias:

-Suspensión de la libre importación de películas hasta que no se ponga en práctica el control de taquilla y la contratación a porcentaje.

-Estricto cumplimiento de la cuota de pantalla en la totalidad del territorio español, especialmente en las grandes capitales.

-Que no se legisle sobre cine sin la participación de los trabajadores del sector.

En el transcurso de la asamblea la mesa informó de las adhesiones recibidas de la CNT, de la Agrupación de Productores de Cataluña y de alguno partidos políticos: LCR, MC PSOE, PCE, PTE e IC. Después, los miembros de la mesa, entre los que se encontraban J. A. Bardem, Francisco Rabal, Raúl Galeote y Carlo Urengo, trataron los principales problemas del cine español, que se traducen en un elevado índice de paro que afecta tanto a los actores y productores como a los laboratorios cinematográficos y de doblaje.

Actualmente, se ruedan siete películas cuando la cifra media en años anteriores por estas fechas era de dieciséis a dieciocho. Por otra parte, la importación masiva de película extranjeras que se anuncia para el año que viene hace esperar que se agrave la situación. También se denunció el acuerdo existente con Argentina y el firmado recientemente con México por los que las películas de estos países cumplen cuota de pantalla como si fueran españolas.

La futura ley de Cine

Con respecto a la futura ley de Cine, de la que se viene hablando desde 1964, se señaló que debe ser hecha por todos los trabajadores que intervienen en la producción cinematográfica. En este sentido se informó que el próximo lunes se reunirá el comité ejecutivo encargado de la organización del congreso de cine que se celebrará en otoño. En este congreso, abierto a todas las fuerzas democráticas del cine, se fraguará el proyecto de dicha ley y se sentarán las bases para reactivar el cine español al que deberán subordinarse los intereses comerciales.Además de los aspectos técnicos y materiales del cine, esta ley tendrá en cuenta los diferentes aspectos de su dimensión cultural: el cine de las nacionalidades, los cortometrajes, el cine para niños, etcétera. Otra medida que se piensa tomar es solicitar un crédito de mil millones de pesetas para combatir el paro procedentes de los fondos especiales que existen para esta finalidad.

Un dato que explica en parte la situación precaria del cine español, suministrado por las centrales sindicales que convocaron la asamblea, es que mientras una película extranjera, ya amortizada en su país de origen, basta con que pague 500.000 pesetas para que pueda ser doblada y competir en el mercado, una película española cuesta, por término medio, veinte millones de pesetas.

Así pues el comisionista de la película extranjera la puede ofrecer a un precio reducido en comparación con las españolas y es relativamente lógico que el propietario del cine escoja la primera.

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