Madrid pide la no discriminación para los productos agrícolas exportados a la CEE

La Administración española presentó a la Comisión Europea una lista de cuarenta productos agrícolas españoles tradicionalmente exportados al Mercado Común, que sufren discriminaciones aduaneras para su entrada y comercialización en la CEE. La lista, entregada por el embajador de España ante la CEE, Raimundo Bassols, al responsable de la Comisión Europea para Relaciones con España, Roland de Kergorlay, supone la piedra angular para el posterior pase a las negociaciones que deberían permitir la adaptación del Acuerdo Comercial Preferente España / CEE, en vigor desde octubre de 1970.España precis...

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La Administración española presentó a la Comisión Europea una lista de cuarenta productos agrícolas españoles tradicionalmente exportados al Mercado Común, que sufren discriminaciones aduaneras para su entrada y comercialización en la CEE. La lista, entregada por el embajador de España ante la CEE, Raimundo Bassols, al responsable de la Comisión Europea para Relaciones con España, Roland de Kergorlay, supone la piedra angular para el posterior pase a las negociaciones que deberían permitir la adaptación del Acuerdo Comercial Preferente España / CEE, en vigor desde octubre de 1970.España precisa, de esta forma, lo que considera imprescindible en el sector de productos agrícolas, para avanzar en la negociación comercial que contribuirá a acelerar el proceso de libre comercio industrial entre España y los «nueve». La pelota está otra vez en campo comunitario, según opinión de medios españoles.

Por su parte, la Comisión no parece del todo reacia a la nueva petición de Madrid. La lista de productos se entregó, por parte comunitaria, a las distintas delegaciones nacionales de la CEE, que tienen la última palabra, sobre todo en los casos de Francia e Italia.

La exposición española es clara. Se cifran las rebajas que da la CEE a cada producto agrícola español y se comparan con las concedidas por la misma CEE al resto de los países de la zona mediterránea. Salvo raras excepciones, las ofertas a los demás países mediterráneos son superiores a las otorgadas a España.

Esta argumentación, que en casos como las naranjas cuya preferencia para España sigue siendo del 40% contra el 80% para otros países mediterráneos, es perfectamente justificable. Es un hecho, que los comunitarios deben aceptar, que hay un tratado comercial discriminatorio de la CEE hacia los productos del campo español.

Naturalmente, en materia de comercio, todo tiene sus contrapartidas. La CEE accederá, probablemente; a ciertas demandas españolas, pero exigirá un desarme industrial suplementario importante del lado español a favor de las exportaciones de la CEE hacia España.

El equilibrio entre lo agrícola y lo industrial es negociable; pero, en la actualidad, la palabra la tienen los comunitarios. Concretamente, los dos Estados miembros (Francia e Italia) que oponen siempre reservas cuando se trata de concesiones agrícolas suplementarias para España.

Las ayudas comunitarias para el desarrollo de sus propias regiones agrícolas mediterráneas, en el Midi francés y el Mezzo Giorno italiano, deben moderar la intransigencia de Roma y París frente al caso español. Un cambio de óptica de la delegación gala en Bruselas en las próximas semanas podría interpretarse como un gesto efectivo, y no sólo simbólico, del resultado positivo de la visita del presidente Giscard a Madrid. Sin olvidar otros factores importantes, como la buena marcha de los trabajos para el acceso completo de España al Mercado Común, o la presidencia -durante este segundo semestre- de los alemanes en los consejos de la CEE. La realpolitik de Bonn en materia de ampliación del Mercado Común podría dar un primer ejemplo con la resolución definitiva de esta tan esperada adaptación del Acuerdo Comercial Preferente España / CEE que, tanto para españoles como para comunitarios, debe regir los intercambios comerciales desde ahora hasta la plena integración de España al Mercado Común.

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