Cartas al director

¿Ingresamos en la OTAN?

Nos lo aconseja últimamente, y desde las columnas de este periódico, don Arturo Moya Moreno. Puede hacerlo y extensamente. Para algo es miembro de la Comisión de Defensa y diputado de UCD. Pero a mi no me convence. Ni a muchos. Yo, ciudadano de a pie, voy a ver si puedo expresar el motivo. Telegráficamente. Brevemente. EEUU y URSS son las siglas de los países tras los cuales se crea el equilibrio del miedo, que es el importante. El de las letras de sus siglas es anecdótico. Pero unirse a uno u otro bloque comporta el respaldo de las atrocidades, que lejos y en cualquier lugar del mundo provoca...

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Nos lo aconseja últimamente, y desde las columnas de este periódico, don Arturo Moya Moreno. Puede hacerlo y extensamente. Para algo es miembro de la Comisión de Defensa y diputado de UCD. Pero a mi no me convence. Ni a muchos. Yo, ciudadano de a pie, voy a ver si puedo expresar el motivo. Telegráficamente. Brevemente. EEUU y URSS son las siglas de los países tras los cuales se crea el equilibrio del miedo, que es el importante. El de las letras de sus siglas es anecdótico. Pero unirse a uno u otro bloque comporta el respaldo de las atrocidades, que lejos y en cualquier lugar del mundo provocan unos y otros. Con muertes de seres inocentes y que tienden, eso sí, a socavar el poderío del adversario. Los que mueren lo hacen por causas que no son claras, pero que, evidentemente, les son ajenas, y por el inaudito deseo del supergrande de turno que mueve los hilos. ¡Vivan los derechos humanos! En este momento la cuestión está bastante difícil y enconada, pero luego se entienden. Como nadie quiere un holocausto nuclear, respiramos tranquilos en los momentos de distensión, pero por poco tiempo. Luego otra vez lo mismo. Y así una y otra. Los hechos lo demuestran, y este es el problema. En las palabras, desarme y buenas intenciones; en los hechos, armados hasta los dientes. Dios dirá.Porque unos quieren hacer creer que son el único paraíso posible en la Tierra y otros pretenden representar la única forma de ser libres. Esto es muy esquemático y muy simplista, lo sé. Pero un ciudadano de a pie no tiene otra opción. Triste va a ser el destino de la Humanidad entera si no se encuentra una fórmula viable para ir apartándonos poco a poco de ese equilibrio del terror. ¡Pero, por favor, no lo incrementemos! Si esa fórmula existe o no, ya sería cuestión de otro trabajo. Pero si bien creo que sí, no olvido, por otro lado, que soy ciudadano de a pie y debo poner punto final. No tengo derecho a más. Otra vez será. Y gracias por la acogida a mi texto telegráfico, si es que la tiene. A meditar tocan.

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