Inglaterra adopta una política pesquera al margen de la CEE

El Gobierno británico se dispone a adoptar medidas unilaterales para proteger sus recursos pesqueros, tras la falta de acuerdo entre los miembros de la CEE en su reciente reunión de Luxemburgo. El anuncio en el Parlamento de esta decisión hecho por parte del ministro de Agricultura y Pesquerías ha merecido el pleno apoyo de diputados laboristas y conservadores.Las primeras disposiciones podrían ser la prohibición total de pesca de arenque en las costas occidentales escocesas, controles sobre las capturas industriales en el mar del Norte y unificación de tamaño de las redes en los pesqueros de ...

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El Gobierno británico se dispone a adoptar medidas unilaterales para proteger sus recursos pesqueros, tras la falta de acuerdo entre los miembros de la CEE en su reciente reunión de Luxemburgo. El anuncio en el Parlamento de esta decisión hecho por parte del ministro de Agricultura y Pesquerías ha merecido el pleno apoyo de diputados laboristas y conservadores.Las primeras disposiciones podrían ser la prohibición total de pesca de arenque en las costas occidentales escocesas, controles sobre las capturas industriales en el mar del Norte y unificación de tamaño de las redes en los pesqueros de arrastre. Aunque el señor Silkin no precisó un calendario concreto para la entrada en vigor de estas medidas, la opinión general es que la Comisión Europea será informada de ellas la semana próxima.

El ministro de Agricultura dijo en los Comunes que hay «clara, científica e imparcial evidencia » de que las reservas de arenque británicas, «de la más alta importancia para el futuro de nuestra industria pesquera», están en peligro. John Silkin. añadió que la negativa del resto de los países comunitarios a compartir este punto de vista obliga a Gran Bretaña a seguir adelante por su cuenta.

El cisma pesquero estalló a comienzos de semana en Luxemburgo, cuando el comisario de la CEE para pesca, el noruego Finn Gundelach, acusó a Inglaterra de utilizar el argumento de la conservación de sus especies como una táctica dilatoria destinada a conseguir para sus barcos unas cuotas más elevadas en el futuro. Aunque las conversaciones entre los «nueve» deben reanudarse el mes próximo en Bruselas, pocos esperan que Gran Bretaña esté dispuesta a facilitar un acuerdo antes de las próximas elecciones.

Las demandas presentadas por el Gobierno de Londres al Consejo de Ministros comunitario, rechazadas en Luxemburgo como atentatorias al Tratado de Roma, contemplabar, entre otros puntollos siguientes: derechos exclusivos permanentes para los pescadores británicos en una zona de doce millas; aumento de las cuotas propuestas para 1978: ampliación de sus capturas en aguas noruegas y de las islas Feroe, y preferencia a los barcos británicos en las capturas de determinadas especies en aguas comunitarias.

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