Chirac y el Gobierno, enfrentados en la "segunda batalla de París"

Ayer, algunos de los expertos que siguen de cerca la «segunda batalla de París», pronunciaron la palabra «dimisión», refiriéndose a la posibilidad de que el alcalde de París, Jacques Chirac, pudiese ponerla en práctica. El propio alcalde declaró que, de complicarse el problema, «sacaré las consecuencias y será necesario que el pueblo juzgue».

El problema es el siguiente: de unas a esta parte se ha entablado una querella financiera que opone al primer edil de la capital francesa al Estado. Este últirno ha exigido que sea el presupuesto de la Alcaldía quien soporte totalmente los gast...

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Ayer, algunos de los expertos que siguen de cerca la «segunda batalla de París», pronunciaron la palabra «dimisión», refiriéndose a la posibilidad de que el alcalde de París, Jacques Chirac, pudiese ponerla en práctica. El propio alcalde declaró que, de complicarse el problema, «sacaré las consecuencias y será necesario que el pueblo juzgue».

El problema es el siguiente: de unas a esta parte se ha entablado una querella financiera que opone al primer edil de la capital francesa al Estado. Este últirno ha exigido que sea el presupuesto de la Alcaldía quien soporte totalmente los gastos de la policía parisiense. En cifras el «gesto» supone que los parisienses tienen que pagar el 7% más de impuestos para financiar los 142 millones de gastos policiales que, hasta la fecha, habían sido aportados por el Estado.

Durante varias semanas se ha desarrollado una gresca cada día más áspera entre los representantes del Gobierno, empezando por el primer ministro. Raymond Barre, y el alcalde de París, secundado por todo su consejo municipal, incluidos los representantes comunistas y socialistas. El resultado, a estas alturas, consiste en que el asunto se ha convertido en un affaire político desde que, ayer, el señor Chirac se dio por vencido al hacer votar el aumento del referido 7%.

Si no directamente, por alusiones diversas, el alcalde y sus portavoces han dejado entender que el presidente de la República, Valery Giscard d'Estaing, se quiere vengar de la «primera batalla de París», que perdió el año pasado cuando el señor Chirac se impuso ante el candidato oiscardiano a alcalde, Michel d' Ornano.

El presidente desearía, según las mismas fuentes, recortar poco a poco los poderes del alcalde.

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