Preautonomías

La Generalidad podría rechazar transferencias

Los componentes catalanes de la comisión mixta para la transferencia de servicios del Estado a la Generalidad acordaron rechazar el traspaso de todo servicio si éste no va acompañado de su valoración económica. También acordaron ejercer su derecho a supervisar los futuros decretos, que, según una agencia informativa, tendrían que ir al Consejo de Ministros antes de quince días.Por otro lado, el secretario de Estado para la función pública ha rechazado un proyecto de decreto sobre el funcionariado que ya había sido aprobado por la comisión mixta, en su reunión plenaria del 17 de abril, pres...

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Los componentes catalanes de la comisión mixta para la transferencia de servicios del Estado a la Generalidad acordaron rechazar el traspaso de todo servicio si éste no va acompañado de su valoración económica. También acordaron ejercer su derecho a supervisar los futuros decretos, que, según una agencia informativa, tendrían que ir al Consejo de Ministros antes de quince días.Por otro lado, el secretario de Estado para la función pública ha rechazado un proyecto de decreto sobre el funcionariado que ya había sido aprobado por la comisión mixta, en su reunión plenaria del 17 de abril, presidida por Landelino Lavilla. Dicho departamento ha considerado improcedente que la Generalidad pueda convocar oposiciones para cubrir plazas de funcionarios propios. Este paso atrás crea un nuevo desconcierto entre los ponentes catalanes, quienes, desde hace ya semanas, consideran que el proceso de transferencia es inaceptable por insignificante.

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Otro aspecto también negativo ha sido ya comunicado a los ponentes catalanes. Se trata de las respuestas del Ministerio de Sanidad a las preguntas y propuestas de decreto que presentó la parte catalana. La respuesta a unos 150 folios de preguntas y proyectos es de sólo diez fólios. Lo menos que puede afirmarse, a la vista de los documentos de las partes, es que no hay relación alguna entre las dos posturas: por parte catalana se pide mucho y por parte gubernamental no se da casi nada. En efecto, resulta que, como gran concesión, la Generalidad podrá «participar en campañas sanitarias nacionales». Es una concepción tan mínima de la preautonomía que fue calificada de «insultante» por parte catalana. Esto ha motivado la convocatoria inmediata de una reunión de una subcomisión catalana para el próximo lunes y el anuncio de una reunión conjunta con otra del Gobierno central en Madrid, el miércoles.

Entre los catalanes, es cada día más evidente la decepción por el proceso de transferencias. También son evidentes las diferencias de enfoque entre, por un lado, todos los ponentes y su presidente, el profesor Sureda, y, por otro lado, el presidente de la Generalidad, con quien sólo coincidiría Víctor Torres, viejo republicano y amigo personal de Tarradellas. En esta discrepancia tiene especial relieve el progresivo y ya público distanciamiento entre Tarradellas y Sureda. Un dato ratifica la decepción catalana: a la reunión de la parte catalana, celebrada anteanoche en el palacio de la Generalidad, asistieron sólo nueve de los quince ponentes.

Ha causado, asimismo, gran irritación el hecho de que Tarradellas supervise las notas de gastos de desplazamientos de los ponentes. Pero como gran telón de fondo del distanciamiento de los ponentes se halla la carta de Tarradellas imponiéndoles un estricto secreto, carta que fue revelada por EL PAIS.

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