La Junta de Galicia prepara su reglamento interno

La Junta de Galicia celebró ayer en Santiago la primera sesión de trabajo desde que fue constituida el pasado día 18. Presidió su titular Antonio Rosón y el tema principal que abordaron los ministros gallegos fue el de la elaboración inmediata de un anteproyecto que formule el reglamento de régimen interior para el funcionamiento del ente preautonómico.Al amparo del artículo primero del real decreto que autorizó la preautonomía gallega. la Junta nombró ayer una ponencia de cinco miembros encargada de elaborar el borrador de régimen interno que será discutido y aprobado en el próximo pleno ...

La Junta de Galicia celebró ayer en Santiago la primera sesión de trabajo desde que fue constituida el pasado día 18. Presidió su titular Antonio Rosón y el tema principal que abordaron los ministros gallegos fue el de la elaboración inmediata de un anteproyecto que formule el reglamento de régimen interior para el funcionamiento del ente preautonómico.Al amparo del artículo primero del real decreto que autorizó la preautonomía gallega. la Junta nombró ayer una ponencia de cinco miembros encargada de elaborar el borrador de régimen interno que será discutido y aprobado en el próximo pleno el 1 de mayo.

Según declaró el presidente Rosón, «todo vapor buen camino y se empezó ya a hacer frente a las realidades objetivas. y, no a otras cosas que hoy tengo que afrontar personalmente por desgracia». Es indudable que el presidente gallego aludió con esta frase a las recientes acusaciones de que le hizo objeto la revista Interviú. Tema del que no se ocupó ayer, sin embargo, la Junta de Galicia, al menos de manera oficial.

Antonio Rosón dijo a los periodistas que «lo que hay que hacer ahora es trabajar, nosotros ya trabajamos muchos tenemos en marcha muchas cosas». Anunció que se va a organizar una secretaría que se ocupe de los primeros asuntos y reiteró su criterio de que «nada prejuzga por el momento la futura localización de la capitalidad gallega, ni siquiera nada sobre la sede oficial que pueda establecer la Junta». Rosón declaró una vez más, en este sentido, que la capital de Galicia tendrán que elegirla los gallegos mediante referéndum. También dijo que no hay divergencias de ningún tipo dentro de la Junta y que además «sí las hubiera, no importaría porque desde ahora la Junta es exactamente Igual que un consejo de ministros y los acuerdos que tome son solidarios entre sus miembros».

Según la escueta nota oficial entregada al término de la reunión y conforme a las propias declaraciones del presidente, también escuetas, no se han tratado otros temas que no fueran puramente de trámite. Sin embargo, la larga duración del pleno hace pensar en que se pudo hablar también de la formación de «consellerías» e incluso de las personas entre las que habrá que repartir las «carteras ministeriales» del Gobierno preautonómico gallego. Nada se sabe al respecto y, resulta aventurada por ahora cualquier hipótesis.

No seria extraño, no obstante. que la, enseñanza fuera encargada al diputado pontevedrés Xosé Rivas Fontán, dado su vinculación intensa al magisterio. que la cuestión laboral recayera en el único obrero diputado, también de UCD, el pontevedrés Sucir o Picó, o que la temática cultural se pusiera a cargo de un escritor y académico como Marino Dónega.

Otro punto al que seguramente se aludió ayer es el de la formación de comisiones mixtas que van a ocuparse de la transmisión de poderes a la Junta y que tendrán que quedar establecidas antes del 18 de mayo. La opinión generalizada de los miembros de la Junta, y sobre todo de su presidente, es que en cuanto a esto pueda contarse con la colaboración del máximo posible de fuerzas políticas, sean o no parlamentarias. Al respecto, es de señalar que buena parte de la izquierda mantiene por ahora un silencio casi absoluto. A no ser la izquierda nacionalista del Bloque que no se apunta a la preautonomía y el Movimiento Comunista de Galicia que ayer mismo dio a conocer un comunicado rechazan do el nombramiento de Antonio Rosón por considerar que no reúne las características políticas exigibles.