"La cultura crea diferencias inexistentes entre los sexos"

La cultura acentúa la división entre los sexos, más parecidos y similares entre sí de lo que se considera, a la vez que afirma la dominación masculina, una dominación que es anterior, en la historia de la humanidad, a los conflictos entre las clases sociales. Estos son algunos de los conceptos manifestados a EL PAIS por Maurice Godelier, antropólogo francés, director del Laboratoire d'Anthropologie Sociale du College de France, presente en Madrid para pronunciar una conferencia en el Instituto Francés.«La dominación masculina es un hecho universal -afirma Maurice Godolier-, pero existen muchas...

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La cultura acentúa la división entre los sexos, más parecidos y similares entre sí de lo que se considera, a la vez que afirma la dominación masculina, una dominación que es anterior, en la historia de la humanidad, a los conflictos entre las clases sociales. Estos son algunos de los conceptos manifestados a EL PAIS por Maurice Godelier, antropólogo francés, director del Laboratoire d'Anthropologie Sociale du College de France, presente en Madrid para pronunciar una conferencia en el Instituto Francés.«La dominación masculina es un hecho universal -afirma Maurice Godolier-, pero existen muchas variaciones en la situación objetiva de las mujeres, a lo largo de la historia y según el tipo de cultura.»

De hecho, existe una división del poder en muchas culturas primitivas. En culturas primitivas, en Oceanía, los hombre tienen el monopolio de las armas, la violencia pública, la caza, mientras las mujeres lo tienen en la agricultura. «En las sociedades primitivas, la riqueza más importante es el hombre mismo -dice Godelier-, el poder de las mujeres es dar vida y controlar la educación de los niños, controlar la reproducción de vida, mientras el poder de los hombres es el poder material y la protección. Son dos bases de poder. Pero con la transformación que se inicia en el neolítico empiezan nuevos y complicados procesos. La agricultura se transforma en un complejo proceso en el que intervienen los dos sexos. La mujer comienza a ocupar puestos más y más inferiores.»

Insiste el antropólogo francés en el carácter social de buena parte de las diferencias entre lo masculino y lo femenino. Una experiencia realizada en Estados Unidos mostró este aspecto. «Un grupo de estudiante observó a un grupo de niños pequeños, vestidos de varones -cuenta Godelier- que estaban llorando. La mayoría de los estudiantes consideró que los niños mostraban una positiva agresividad ante el mundo. Posteriormente, los mismos niños fueron vestidos de niñas y, cuando lloraban, fueron calificados de niñas enfermas por los estudiantes. Esto patentiza que la cultura acentúa las divisiones entre los sexos, elimina la cualidad agresiva de las mujeres, a la vez que convierte la pasividad en un valor social, en una cualidad. A la vez, trata de eliminar los aspectos femeninos de los hombres.»

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