Las cuentas del Estado
Leo con asombro la noticia de que el desconocimiento del coste escolar en los colegios estatales retrasa la ley de Financiación de Centros de Enseñanza. Resulta paradójico que el Estado urja a los ciudadanos a declarar sus cuentas personales ante la declaración fiscal y, en cambio, él mismo no sea capaz de aclarar las suyas.¿Con qué fuerza moral se puede exigir a los demás lo que uno mismo no hace en su propia casa? ¿No produce esto una evidente desmoralización en el ciudadano tesponsable? Si una sociedad democrática necesita claridad y honradez, bueno es que el Estado comience por dar ejemplo...
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Leo con asombro la noticia de que el desconocimiento del coste escolar en los colegios estatales retrasa la ley de Financiación de Centros de Enseñanza. Resulta paradójico que el Estado urja a los ciudadanos a declarar sus cuentas personales ante la declaración fiscal y, en cambio, él mismo no sea capaz de aclarar las suyas.¿Con qué fuerza moral se puede exigir a los demás lo que uno mismo no hace en su propia casa? ¿No produce esto una evidente desmoralización en el ciudadano tesponsable? Si una sociedad democrática necesita claridad y honradez, bueno es que el Estado comience por dar ejemplo.