Cartas al director

Lo nuclear y Euskadi

Las fuerzas políticas, o físicas, empeñadas en liberar al País Vasco de la opresión, la tienen tomada contra la central nuclear de Lemóniz y contra la empresa Iberduero. Justamente la empresa que, silenciosa y asépticamente, ha hecho todo lo que se le ha alcanzado para aumentar las diferencias regionales, explotando los recursos de las regiones actualmente pobres, es ahora el enemigo número uno de una de las regiones actualmente ricas. ¿Paradoja? Pura apariencia.Yo recordaría a las fuerzas vascas, o a quien lo quiera oír, cuál es la situación de regiones como la castellano- leonesa, el princi...

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Las fuerzas políticas, o físicas, empeñadas en liberar al País Vasco de la opresión, la tienen tomada contra la central nuclear de Lemóniz y contra la empresa Iberduero. Justamente la empresa que, silenciosa y asépticamente, ha hecho todo lo que se le ha alcanzado para aumentar las diferencias regionales, explotando los recursos de las regiones actualmente pobres, es ahora el enemigo número uno de una de las regiones actualmente ricas. ¿Paradoja? Pura apariencia.Yo recordaría a las fuerzas vascas, o a quien lo quiera oír, cuál es la situación de regiones como la castellano- leonesa, el principal campo de faenas de Iberduero. El País Vasco conoce la importancia de la electricidad en la industrialización y su dependencia energética respecto de regiones como la nuestra. Sabe que, mientras unos se industrializaban y otros no,nunca se compensó la explotación de nuestros recursos. También conoce que, sin ir más lejos, en Santa María de Garoña (Burgos) existe una central nuclear que no nos trae ningún beneficio ni necesitamos para nada, pero que está puesta en función de las necesidades del País Vasco.

No hace falta insistir más en detallar una situación que habla por sí sola. Pero lo que no veo claro es qué pretenden esas masas enconadas contra Iberduero..¿Les han alterado las pautas de comportamiento tanto como para emprenderla contra su propio biberón? Por favor, somos nosotros los que debemos ajustar cuentas, no nos desvíen el problema con tanto camuflaje.

Será que las regiones que levantan la voz son más oídas porque otras hablan bajo o no la tienen. Supongo que con eso cuentan. Quizá con tanto ruido sólo pretendan, consciente o inconscientemente, llevar a cabo una táctica muy común, desviar todas las atenciones del verdadero problema: la opresión de las regiones ricas sobre las pobres y de la población urbana sobre la rural.

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