Vuelve la conflictividad a Potasas de Navarra

Siete despedidos durante el encierro de 47 trabajadores en el Pozo de Esparza, de Potasas de Navarra, en 1975, se encadenaron ayer en la verja de la factoría como protesta por la postura de la dirección de no acceder a su readmisión. Mientras, más de 1.700 trabajadores de esta misma empresa, han permanecido en huelga durante dos días para presionar a la dirección de Potasas de Navarra, empresa dependiente del INI, a que conceda una plataforma reivindicativa que han considerado como mínima.

En una asamblea general celebrada ayer en el seminario de Pamplona, con asistencia de unos 1.0...

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Siete despedidos durante el encierro de 47 trabajadores en el Pozo de Esparza, de Potasas de Navarra, en 1975, se encadenaron ayer en la verja de la factoría como protesta por la postura de la dirección de no acceder a su readmisión. Mientras, más de 1.700 trabajadores de esta misma empresa, han permanecido en huelga durante dos días para presionar a la dirección de Potasas de Navarra, empresa dependiente del INI, a que conceda una plataforma reivindicativa que han considerado como mínima.

En una asamblea general celebrada ayer en el seminario de Pamplona, con asistencia de unos 1.000 trabajadores, se acordó iniciar la tramitación de una huelga legal cuya entrada en vigor se decidirá este domingo después que la comisión negociadora de los trabajadores informe de sus gestiones ante la dirección de la empresa. Un grupo de trabajadores, terminada la asamblea de ayer, se concentró ante la delegación del Ministerio de Industria para hacer entrega de un escrito con las exigencias de los trabajadores. Estas se concretan en cinco puntos principales: amnistía laboral, garantía en el puesto de trabajo, 100% del salario en caso de enfermedad o accidente, calendario laboral, y solución al problema del transporte.

Por su parte, varios de los trabajadores encadenados han manifestado a EL PAÍS que las acciones de presión no terminarán hasta conseguir la amnistía laboral para los 54 despedidos de la empresa. «Algunos de nosotros -dijeron- llevamos 35 años en la mina y pensamos que la amnistía laboral tiene que conseguirse, no solamente para nosotros, sino para toda la nación.»

El encierro iniciado el 8 de enero de 1975, en un pozo a unos 600 metros del exterior, duró quince días y fue protagonizado por 45 trabajadores, después de que la empresa sancionase con un mes de suspensión de empleo y sueldo a unos 1.000 trabajadores que habían comenzado un paro en apoyo de mejoras salariales.

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