La Democracia Cristiana autoriza a Andreotti a aceptar el voto de confianza de los comunistas

El primer ministro, Giulio Andreotti, comenzará mañana o pasado una nueva ronda de exploraciones con los partidos para formar un nuevo Gobierno y evitar las elecciones anticipadas. Su partido, la Democracia Cristiana (DC) le ha autorizado prácticamente a aceptar el voto de confianza de los comunistas, excluyendo a la vez hipócritamente todo acuerdo político con ellos.Un comité de garantes, formado por los líderes de los grupos parlamentarios de los seis partidos, comunista, socialista, republicano, socialdemócrata, liberal y democristiano controlará el compromiso programático. De la «no de...

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El primer ministro, Giulio Andreotti, comenzará mañana o pasado una nueva ronda de exploraciones con los partidos para formar un nuevo Gobierno y evitar las elecciones anticipadas. Su partido, la Democracia Cristiana (DC) le ha autorizado prácticamente a aceptar el voto de confianza de los comunistas, excluyendo a la vez hipócritamente todo acuerdo político con ellos.Un comité de garantes, formado por los líderes de los grupos parlamentarios de los seis partidos, comunista, socialista, republicano, socialdemócrata, liberal y democristiano controlará el compromiso programático. De la «no desconfianza» o abstención, se pasa al voto explícito.

La sutil distinción entre «coalición política» y «acuerdo de programa» recuerda la fórmula de «convergencias paralelas» que hace diecisiete años Intentó la Democracia Cristiana, cuando tuvo que colaborar con los socialistas en el centro-izquierda. La fórmula inventada ahora es una mayoría programática o de colaboración parlamentaria.

Los comunistas, al ver que no era realista ni posible entrar en un Gobierno de emergencia con la izquierda, se habían mostrado dispuestos a aceptar una mayoría contrastada, explícita y reconocida. La mayoría que la democracia cristiana les ofrece es contrastada y explícita, pero no reconocida.

Otra novedad de la solución es que tiene un plazo fijo, el 31 de diciembre próximo, cuando haya sido elegido ya el presidente de la República, al que corresponderá aceptar o rechazar las dimisiones rituales del Gobierno, según el momento político de entonces.

Como siempre, la solución dada por la Democracia Cristiana ha suscitado comentarios e interpretaciones opuestas. Basta leer la prensa. El diario conservador Il Giornale titula su crónica: «No de la DC a la mayoría con los comunistas; sí a Andreotti para un Gobierno a plazo fijo.» El radical socialista La República, por el contrario, informa: «Andreotti podrá formar un Gobierno con los comunistas en la mayoría.»

Por ahora, los comunistas no han reaccionado oficialmente. Su portavoz, L'Unitá, se limita a señalar que la DC ha modificado su postura, aunque esta se mantenga ambigua respecto a la solución. Sin embargo, es opinión común que los comunistas aceptarán la solución propuesta por Andreotti.

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Los socialistas, que ayer en su primera edición del diario Avanti se mostraban negativos, en la segunda hablan «de un inicio de clarificación» en la crisis. Republicanos y socialdemócratas también aceptarán, con tal de que el programa propuesto por Andreotti sea respetado. Queda por solucionar la incógnita de los liberales, con los que: Andreotti tendrá que negociar por obligación y no quieren en modo alguno asociar su voto a un voto comunista.

La propuesta es un paso hacia adelante para los democrata-nacionales.

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