Presiones desde el exilio en Europa
Destacados representantes del exilio boliviano en Europa habían anunciado en las últimas horas nuevos movimientos y campañas para obtener del Gobierno militar de su país la amnistía total.
Edgar Tapia, el portavoz de la Central Obrera Boliviana (COB), que agrupa a todas las organizaciones laborales del país andino, declaró ayer a EL PAÍS que la COB había presentado una serie de condiciones al Gobierno para considerar una amnistía como total.
Entre estas condiciones se incluye la desmilitarización de las minas, ocupadas por el ejército desde junio de 1976, la entrega de pasapo...
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Destacados representantes del exilio boliviano en Europa habían anunciado en las últimas horas nuevos movimientos y campañas para obtener del Gobierno militar de su país la amnistía total.
Edgar Tapia, el portavoz de la Central Obrera Boliviana (COB), que agrupa a todas las organizaciones laborales del país andino, declaró ayer a EL PAÍS que la COB había presentado una serie de condiciones al Gobierno para considerar una amnistía como total.
Entre estas condiciones se incluye la desmilitarización de las minas, ocupadas por el ejército desde junio de 1976, la entrega de pasaportes a los exiliados y libertad para todas las organizaciones obreras y partidos.
Según la COB, los diferentes anuncios de amnistía se han producido como resultado de una presión popular e internacional y por el descrédito que acompaña a la dictadura militar.
La COB anunció también que, coincidiendo con el anuncio de la última amnistía parcial, el martes por la noche cuatro eclesiásticos españoles habían sido expulsados del país. Se trata de los padres Javier Ablo y Gregorio Iriarte, la religiosa Amparo Carbajal y el pastor evangélico Monero. En Ginebra, por otra parte, el dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Antonio Aranibar, anunció que, en caso de que la amnistía no fuese total, «continuarán las huelgas y la lucha del pueblo se intensificará.»
Aranibar destacó el valor político de la huelga de hambre seguida por casi 1.500 personas, así como el apoyo que recibieron los huelguistas por parte de los mineros, trabajadores de la industria, campesinos, estudiantes universitarios, organizaciones políticas de izquierda y de los más amplios sectores ciudadanos.