Cartas al director

Abrir las bibliotecas

Las bibliotecas de este país, cuando existen, funcionan de un modo bastante extraño. En concreto, las bibliotecas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tienen un horario absurdo: acaba a las seis de la tarde; esto impide a muchos estudiantes el ir a ellas, pues la mayoría de nosotros tenemos clase por la mañana. Y no sólo eso, sino que también se cierra los sábados por la mañana, y en fechas de Navidad, Semana Santa, etcétera.Así, la biblioteca general de uno de los edificios del CSIC, la de Duque de Medinaceli, 2, estuvo cerrada desde el 22 de diciembre hasta el 8 de ener...

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Las bibliotecas de este país, cuando existen, funcionan de un modo bastante extraño. En concreto, las bibliotecas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tienen un horario absurdo: acaba a las seis de la tarde; esto impide a muchos estudiantes el ir a ellas, pues la mayoría de nosotros tenemos clase por la mañana. Y no sólo eso, sino que también se cierra los sábados por la mañana, y en fechas de Navidad, Semana Santa, etcétera.Así, la biblioteca general de uno de los edificios del CSIC, la de Duque de Medinaceli, 2, estuvo cerrada desde el 22 de diciembre hasta el 8 de enero (ambos inclusive).

Pero en este edificio hay otras bibliotecas por otros pisos. Había -el día 22 de diciembre del año pasado- un anuncio diciendo que el edificio estaría cerrado desde el 23 de diciembre hasta el 2 de enero; yo, inocente de mí, fui el día 3 y, eso sí, lo encontré abierto, pero las bibliotecas de los otros pisos estaban cerradas. Aparte de la general, claro.

Pero todo esto es vergonzoso, porque no hay derecho a que a uno les haga perder su tiempo yendo a sitios para encontrarlos cerrados y te impidan consultar libros poniendo horarios surrealistas. Si casi todo el mundo tuvo que trabajar entre el 22 y el 8, no es justo que el personal del CSIC tuviera vacaciones.

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Pero no sólo eso. Es un crimen contra la cultura el que miles de libros permanezcan sin poderse utilizar en esos tiempos libres; una biblioteca debe estar abierta hasta las nueve de la noche, como la Nacional, o incluso hasta las diez o las once. Debe estar abierta en tiempo de Navidad, incluso se podría plantear un horario en sábados y domingos. Yo no pretendo que una persona trabaje de nueve de la mañana a nueve de la noche, pero no me parece imposible hacer dos turnos de trabajo, o lo que sea necesario: con un poco de imaginación se resuelve cualquier cosa. Con todo ello habremos aumentado el número de puestos de trabajo un poco, que buena falta nos hace.

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