Carter se entrevista hoy con los dirigentes de los socialistas y radicales franceses

Antes de emprender viaje hacia Bruselas, en donde terminará su gira mundial, el presidente norteamericano, Jimmy Carter, se entrevistará durante la mañana de hoy con el líder socialista, François Mitterrand, en la embajada parisiense de Estados Unidos, y con el presidente de los Radicales de Izquierdas, Robert Fabre. Sus conversaciones con el presidente Valery Giscard d'Estaing, sobre no proliferación nuclear, venta de armas, cuestiones atómicas, Oriente Próximo y demás problemas de actualidad mundial han sido extremadamente cordiales y abiertas.

El alcalde de París, y líder gaullis...

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Antes de emprender viaje hacia Bruselas, en donde terminará su gira mundial, el presidente norteamericano, Jimmy Carter, se entrevistará durante la mañana de hoy con el líder socialista, François Mitterrand, en la embajada parisiense de Estados Unidos, y con el presidente de los Radicales de Izquierdas, Robert Fabre. Sus conversaciones con el presidente Valery Giscard d'Estaing, sobre no proliferación nuclear, venta de armas, cuestiones atómicas, Oriente Próximo y demás problemas de actualidad mundial han sido extremadamente cordiales y abiertas.

El alcalde de París, y líder gaullista, Jacques Chirac, tras un primer comunicado, malhumorado, publicó otro rabioso, para que el señor Carter supiese hasta qué punto ha «insultado» (es una palabra suya) a los parisienses, al negarse a visitarlo. Como represalia, el edil parisiense boicoteó la estancia del presidente norteamericano no asistiendo a las ceremonias «oficiales, en particular a la del Arco del Triunfo y a la cena de gala, anoche, en el palacio de Versalles. Un adjunto del alcalde, Edouard Frederic Dupont, en señal de protesta, dimitió del grupo parlamentario Francia-Estados Unidos. Los comunistas, por su lado, al enterarse anoche de que el presidente de la Casa Blanca recibiría también al señor Fabre, es decir, a los dos líderes no comunistas de la oposición de izquierdas, interpretaron el hecho como «una prueba más de la complicidad anticomunista de los señores Carter, Giscard... y nuestros aliados».Este «circo electoral» protagonizado en París por Giscarter, según expresiones y titulares de la prensa de estos días en París, aún tuvo eco ayer con motivo del peregrinaje del presidente americano a Normandía para honrar a los 14.000 muertos aliados de la última guerra mundial: «Nuestros soldados murieron aquí para defender la libertad en Europa», dijo el señor Carter en la alcaldía de la primera ciudad liberada, Bayeux, tras una alusión más explícitamente referida a los próximos comicios legislativos del señor Giscard: «Me mantendré en la presidencia de la República para defenderla y para defender las libertades.»

A su regreso de Bayoux, en el tren presidencial, los dos hombres de Estado continuaron sus conversaciones, sobre las que anoche aún no se sabía nada oficialmente. Sobre Oriente Próximo, ambos presidentes intercambiaron sus informaciones y, según el señor Carter, que telefoneó anteayer al primer ministro israelí, señor Begin, este último podría manifestarse «flexible» en sus negociaciones con el presidente Sadat.

Además de las discusiones sobre las relaciones Este-Oeste y África, la no proliferación nuclear, la venta de armas y los problemas energéticos ocuparon el diálogo franco-norteamericano. Estos tres últimos asuntos son los que, en apariencia al menos, ofrecen algún punto de fricción entre las políticas de ambos países: Francia no ha firmado el tratado de no proliferación de armas y, en oposición también a Estados Unidos, ha hecho de la construcción de sobrerregenadores la base de su política energética.

La confrontación, Giscard-Carter, en estos aspectos, podría ser más aparente que real, se recordaba ayer en esta capital. EEUU ha vendido arios reactores nucleares a Irán, con motivo de su reciente entrevista con el sha. Se supone que ambos dialogaron sobre los 140 cazas F-16 que este último ha solicitado a Washington hace ya algunos meses. En el curso de este mismo periplo, el señor Carter habría evocado con los dirigentes de Arabia Saudita los contratos, secretos hasta la fecha, de la construcción de una ciudad militar capaz de entrenar a 70.000 personas, y de otro relativo a los 30.000 millones de dólares que importará el material de guerra que este país le comprará a Estados Unidos de aquí a 1984.

El discurso en elogio de la democracia, pronunciado anteanoche por el señor Carter, en el palacio de Congresos parisiense, fue estimado como «una pieza del alto pensamiento» por los portavoces del giscardismo.

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