Don Juan Carlos se entrevistó con el presidente de la Comisión Europea

El signo cultural marcó la segunda jornada de los Reyes de España en Bélgica, parte de la cual transcurrió en la capital flamenca de Gante. Sin embargo, al margen del programa previsto, tanto en Gante como en Bruselas se registraron notas discrepantes hacia el viaje de don Juan Carlos y doña Sofía procedentes de los extremos del espectro político, tanto por la derecha como por la izquierda. La tónica dominante fue, en todo caso, la acogida cariñosa por parte no sólo de las instituciones oficiales, sino también de las fuerzas democráticas, tanto belgas como comunitarias, reforzadas estas última...

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El signo cultural marcó la segunda jornada de los Reyes de España en Bélgica, parte de la cual transcurrió en la capital flamenca de Gante. Sin embargo, al margen del programa previsto, tanto en Gante como en Bruselas se registraron notas discrepantes hacia el viaje de don Juan Carlos y doña Sofía procedentes de los extremos del espectro político, tanto por la derecha como por la izquierda. La tónica dominante fue, en todo caso, la acogida cariñosa por parte no sólo de las instituciones oficiales, sino también de las fuerzas democráticas, tanto belgas como comunitarias, reforzadas estas últimas por la audiencia que don Juan Carlos concedió al presidente de la Comisión Europea, Roy Jenkins.

ENVIADO ESPECIAL,La opinión pública belga se mostraba ayer impresionada por el tono del discurso del rey Balduino en la cena de gala ofrecida de los Reyes españoles el miércoles. Los observadores políticos de la capital belga señalaban que las palabras de Balduino fueron más allá del marco protocolario en que se pronunciaron y del propio papel constitucional y casi «decorativo » políticamente que corresponde al rey en la monarquía constitucional de este país, especialmente cuando descalificó las actitudes obstruccionistas al ingreso de España en la Comunidad Económica Europea.En contraste con esta posición, las fuerzas minoritarias de extrema derecha y extrema izquierda repudiaron la presencia de los Reyes españoles. La izquierda, a través de intento de una manifestación de claro signo hostil a los Reyes, a la Monarquía y a las propias instituciones democráticas españolas y belgas. La manifestación, que se había intentado infructuosamente el día anterior, no fue tampoco autorizada para ayer tarde y prácticamente no llegó a celebrarse ante el despliegue policial en el barrio de Saint Gilles, habitado por gran cantidad de españoles y en donde el Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico (FRAP) la había convocado.

La ultraderecha, por su parte, con un estilo menos democrático y más en la línea de intimidar que de presionar, había enviado un mensaje a los periódicos -«en mal fracés», señala Le Soir-, firmado por el Orden Negro, del siguiente tenor literal: «El criminalmente marxista don Juan Carlos de Borbón y Borbón será ejecutado en Bruselas el 17 de noviembre por patriotas españoles y europeos.» Las autoridades se apresuraron a comunicar que este mensaje no les inquietaba.

En efecto, los Reyes cumplieron el programa previsto, aunque, como resulta obvio, no hicieron acto de presencia los fascistas ni se descuidaron las medidas de seguridad.

La patria de Carlos V

La visita a Gantes de los Reyes de España, acompañados de sus anfitriones belgas, estuvo marcada por el recuerdo del emperador Carlos I de España y V de Alemania -nacido en Gante el año 1.500-, presente en los discursos del gobernador, señor Kinder, y del alcalde, señor Paepe: en, las respuestas a uno y otro de don Juan Carlos: en el acto académico celebrado en la Universidad, y en los restos de su presencia en la ciudad, de la que es muestra destacada la catedral de San Bavon, en donde se conserva la obra maestra de los hermanos Van Eyck, La adoración del cordero.A la llegadá de don Juan Carlos y el rey Balduino a la Universidad -las reinas visitaban mientras tanto la Escuela de Enfermeras-, varias decenas de estudiantes profirieron gritos -en flamenco y en inglés -«Borbon, go home», entre estos últimos- contra la visita de don Juan Carlos y en protesta por el sistéma de becas seguido en la Universidad.

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El acto académico consistió en unas palabras del profesor Hoste, rector de la Universidad de Gante quien aludió a la importancia actual de una tecnología moderna, hecha posible mediante una investigación científica. El profesor de filología, De Bruyque, disertó sobre el intercambio cultural hispano-neerlandés durante los siglos XVI y XVII, y recordó el origen de frases como la deponer una pica en Flandes. Su colega, el profesor de derecho, VIerick, saludó en don Juan Carlos a la joven democracia española, antes de presentar una película sobre el programa y la evolución de la Universidad.

El resto de la jornada, en el aspecto cultural, la dedicaron los cuatro reyes a visitar en Gante, la catedral y el museo Bijloke.

Audiencia a Roy Jenkins

En el plano político, entre las audiencias recibidas en la tarde de ayer por don Juan Carlos, destacó la concedida al presidente de la Comisión Europea, Roy Jenkins desarrollada durante cerca de media hora, con asistencia del ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, y del embajador español ante la CEE, Ralmundo Bassols. El carácter protocolario de la audiencia -en la que, según fuentes solventes, «no se avanzó en la negociación, porque no se negoció nada, pero sí se respaldó, al más alto nivel, la posición española de entrar en la CEE como miembro de pleno derecho»- no restó importancia política al encuentro, sobre todo a la vista del refuerzo democrático que significa para España la entrada solemne, el próximo día 24, en el Consejo de Europa.El resto de las audiencias concedidas por don Juan Carlos fueron las de los embajadores de los países latinoamericanos y Portugal -en bloque todos ellos, como ya viene siendo habitual en los viajes del Rey-, la de los directores y redactores jefes de la prensa belga, y al consejo directivo de la asociación España-Bélgica.

Después del concierto en el Palacio de las Academias, los Reyes ofrecieron una recepción a la que estaban invitados unas seiscientas personas, entre ellas las representaciones de las instituciones y fuerzas políticas, religiosas, militares, culturales y sociales de Bélgica, así como de los organismos supranacionales con sede en Bruselas, sin excluir al secretario general de la OTAN, Josef Luns. A la hora de cerrar esta edición acababa de comenzar la recepción.

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