El presidente mexicano, hijo adoptivo de Sevilla
El presidente de Estados Unidos de México, José López Portillo, será nombrado hoy hijo adoptivo de Sevilla, en un acto que tendrá lugar esta mañana en el Ayuntamiento de la ciudad.El señor López Portillo llegó al aeropuerto sevillano de San Pablo a las 2.30, de la tarde de ayer, procedente de Las Palmas. Le acompañó en el viaje, realizado en un avión de las Fuerzas Aéreas Mexicanas, el ministro de Relaciones con las Regiones, Clavero Arévalo. Ambas personalidades fueron recibidas al pie de la escalerilla por el capitán general de la 11 Región Aérea, teniente general Martínez y Vara del Rey, en...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El presidente de Estados Unidos de México, José López Portillo, será nombrado hoy hijo adoptivo de Sevilla, en un acto que tendrá lugar esta mañana en el Ayuntamiento de la ciudad.El señor López Portillo llegó al aeropuerto sevillano de San Pablo a las 2.30, de la tarde de ayer, procedente de Las Palmas. Le acompañó en el viaje, realizado en un avión de las Fuerzas Aéreas Mexicanas, el ministro de Relaciones con las Regiones, Clavero Arévalo. Ambas personalidades fueron recibidas al pie de la escalerilla por el capitán general de la 11 Región Aérea, teniente general Martínez y Vara del Rey, en cuya compañía, y tras pasar revista a las fuerzas que rendían honores, el primer mandatario mexicano procedió a saludar al resto de las personalidades civiles y militares que habían acudido a recibirle, presididas por el teniente general Merry Gordon, capitán general de la 11 Región Militar.
A la salida del aeropuerto para trasladarse al hotel en que se alojó durante su estancia en Sevilla, el presidente mexicano y su esposa fueron ovacionados por las numerosas, personas que habían acudido a darle la bienvenida.
El señor López Portillo y su esposa fueron por la tarde a la Real Maestranza para presenciar la corrida de toros del Día de la Hispanidad, en la que actuaron dos toreros españoles y uno mexicano: Manolo Cortés, José Luis Galloso y Manuel Arraza.
Terminada la corrida, el presidente de México y su esposa se trasladaron a los Reales Alcázares, donde por la noche fueron obsequiados con una cena, ofrecida en su honor por el Ayuntamiento de la ciudad.