Cartas al director

«El transexual»

Un artículo firmado-por Angel S. Harguindey titulado «A propósito de la supresión de la censura cinematográfica», donde hace alusión a la descalificación administrativa de que hemos sido víctimas como productores de la película El transexual. Somos una pequeña empresa cínematográfica que con enorme esfuerzo y mucho entusiasmo hemos conseguido poner en pie cinco películas, totalmente españolas, en catorce meses. Luchando contra todas las trabas económicas y todos los escollos que el «sistema» prepara a los que quieren hacer la guerra por su cuenta y salirse del organigrama capitalista y multina...

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Un artículo firmado-por Angel S. Harguindey titulado «A propósito de la supresión de la censura cinematográfica», donde hace alusión a la descalificación administrativa de que hemos sido víctimas como productores de la película El transexual. Somos una pequeña empresa cínematográfica que con enorme esfuerzo y mucho entusiasmo hemos conseguido poner en pie cinco películas, totalmente españolas, en catorce meses. Luchando contra todas las trabas económicas y todos los escollos que el «sistema» prepara a los que quieren hacer la guerra por su cuenta y salirse del organigrama capitalista y multinacional. Preparamos la película y contamos, por supuesto, con la protección que el Estado ha otorgado indiscriminadamente de acuerdo con la OM de 12 de marzo de 1971 y que consiste en retribuir al productor con el 15% de lo que la película consiga en taquilla. Bien es verdad que existe un ambiguo artículo segundo en esa OM que faculta a la administración a privar a ciertas películas de esos beneficios, pero hasta el momento este artículo sólo ha sido papel mojado, ya que cuando se redactó levantó tal polvareda -con la dímísión en pleno de la Agrupación de Productores y el anuncio de una huelga de paralización de actividades- que hizo temblar las piedras del sindicato vertical en una época todavía de flamante dictadura. En vista del cariz que tomaban las cosas, la Dirección General de Cinematografía se apresuró a dar toda clase de garantías a los productores de que en la práctica el artículo 2 no sería nunca aplicado. Con ello las aguas volvieron a su cauce.Ahora, seis años después y sin previo aviso, la Dirección General de Cine ensaya de nuevo la fatídica fórmula por sorpresa y en la flaca carne de unos productores sin muchos recursos. Lo comunican en una carta breve, vulnerando formalmente las disposiciones de la ley, de Procedimiento Administrativo y sin más explicaciones. De palabra nos han dicho que el motívo ha sido porque la película trata de maricones y eso por mucha democracia que se airee en este país, no acaba de estar bien visto. Yo como productor de la pelílula tengo derecho a defenderme:

1. A película terminada y cuando es presentada a la Junta de Censura no pueden ahora decirme que me quitan la protección económica a la que tengo derecho; a no ser que quieran que incumpla las obligaciones que esta Productora ha contraído con terceros y para cuyo pago siempre se contó en el famoso 15% de la protección.

2. El transexual no es una película de maricones en la línea de español-reprimido-en -calzoncillos -persiguiendo-mujeres. Es un intento de aproximación al intrincado mundo de la homosexualidad y dentro de él lo que significa el transexualismo y el fenómeno travesti.

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«Lauro Films».

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