Más de diez mil personas se manifiestan contra el expolio de la catedral de Oviedo

Más de 10.000 personas participaron en la tarde de ayer en una manifestación autorizada para protestar por el expolio de la catedral de Oviedo y apoyar la tutela, del patrimonio artístico asturiano. Los manifestantes, encabezados por Ramón Cavanilles, presidente de la Asociación de Amigos de la Catedral, pidieron, a lo largo del recorrido, la dimisión del gobernador civil y del alcalde de Oviedo, y en la plaza de la Catedral despidieron la manifestación cantando el popular «Asturias, patria querida».Los grupos de manifestantes, que habían sido convocados por la Asociación de Amigos de la Cated...

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Más de 10.000 personas participaron en la tarde de ayer en una manifestación autorizada para protestar por el expolio de la catedral de Oviedo y apoyar la tutela, del patrimonio artístico asturiano. Los manifestantes, encabezados por Ramón Cavanilles, presidente de la Asociación de Amigos de la Catedral, pidieron, a lo largo del recorrido, la dimisión del gobernador civil y del alcalde de Oviedo, y en la plaza de la Catedral despidieron la manifestación cantando el popular «Asturias, patria querida».Los grupos de manifestantes, que habían sido convocados por la Asociación de Amigos de la Catedral y por unas veintiséis fuerzas sociales asturianas, entre ellas la mayoría de los partidos políticos, excepto Alianza Popular y Unión de Centro Democrático, portaron banderas asturianas con el símbolo de la cruz de la victoria -objeto que fue robado con otras joyas- y pancartas en las que podían leerse frases contrarias a las «instituciones centralistas» y de apoyo al «autogobierno» asturiano.

En la plaza de la Catedral, Ramón Cavanilles leyó un manifiesto en el que pidió responsabilidades a las autoridades «metidas de lleno en el estéril juego de las acusaciones mutuas»; a la Iglesia, «que mantiene como patrimonio suyo símbolos de todo el pueblo, propiedad, por tanto, de todos, y que después no puede custodiar»; a la sociedad civil, e incluso se culpó a sí mismo porque, como presidente de Amigos de la Catedral, no supo hacer efectivas a tiempo las medidas oportunas para haber evitado el expolio.

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