La República Federal de Alemania no contribuirá al desarrollo nuclear de Suráfrica

El Gobierno de Bonn ha dado seguridades al soviético en el sentido de que no contribuirá al desarrollo del potencial nuclear de Suráfrica. Por segunda vez en cinco días el embajador soviético en Bonn, Valentín Falin, se ha entrevistado con el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Genscher, para comunicarle la preocupación del Kremlin ante la responsabilidad de Alemania Federal en este contexto.El segundo encuentro Falin-Genscher ha seguido a una nota de la agencia Tass en la que se pedían «medidas urgentes y efectivas» contra la progresiva dotación nuclear de Pretoria, lo cual signific...

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El Gobierno de Bonn ha dado seguridades al soviético en el sentido de que no contribuirá al desarrollo del potencial nuclear de Suráfrica. Por segunda vez en cinco días el embajador soviético en Bonn, Valentín Falin, se ha entrevistado con el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Genscher, para comunicarle la preocupación del Kremlin ante la responsabilidad de Alemania Federal en este contexto.El segundo encuentro Falin-Genscher ha seguido a una nota de la agencia Tass en la que se pedían «medidas urgentes y efectivas» contra la progresiva dotación nuclear de Pretoria, lo cual significaría «no sólo una amenaza para el continente africano sino para toda la humanidad».

Moscú, por su parte, ha ofrecido a Bonn, la formación de un pull de países atómicos con el fin de evitar que el Gobierno racista surafricano se convierta en un factor de inquietud. Falin ha denunciado también que, pese a la determinación de la ONU sobre embargo de armas con destino a Pretoria, algunos países de la OTAN e Israel continúan facilitando material bélico a los blancos surafricanos.

A pesar de estas advertencias, que siguen a otras elevadas desde organizaciones democráticas alemanas, la RFA mantiene sus contactos crecientes con el Gobierno surafricano en todos los niveles. Mientras en 1975 la empresa Hermes, de Hamburgo, que garantiza los pagos de las exportaciones alemanas a Suráfrica en virtud de un acuerdo con el Gobierno alemán, anotaba operaciones por valor de 657 millones de marcos, a mediados de 1977 esta cifra se había elevado repentinamente a 2.300 millones.

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