Acuerdos negociados

«Mañana será un día de importante actividad en el palacio de la Moncloa. Las tres grandes centrales sindicales —CCOO, UGT y USO— y la Confederación de Organizaciones Empresariales acudirán a la sede de la Presidencia del Gobierno para mantener una serie de reuniones por separado con el presidente Suárez, en todas las cuales estará presente el ministro de Trabajo, Jiménez de Parga. En el transcurso de estos contactos, que previsiblemente se repetirán en el futuro, se va a tratar de la situación laboral a la vista del Plan Económico de Urgencia. Estas reuniones parecían inaplazables...

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«Mañana será un día de importante actividad en el palacio de la Moncloa. Las tres grandes centrales sindicales —CCOO, UGT y USO— y la Confederación de Organizaciones Empresariales acudirán a la sede de la Presidencia del Gobierno para mantener una serie de reuniones por separado con el presidente Suárez, en todas las cuales estará presente el ministro de Trabajo, Jiménez de Parga. En el transcurso de estos contactos, que previsiblemente se repetirán en el futuro, se va a tratar de la situación laboral a la vista del Plan Económico de Urgencia. Estas reuniones parecían inaplazables, si se tiene en cuenta el clima enrarecido que, en el terreno de la actividad empresarial y de las relaciones laborales, podría deducirse de las últimas manifestaciones públicas de las organizaciones de trabajadores y empresarios. Por una parte, las centrales sindicales encuentran insuficientes las medidas contra el paro —que el propio portavoz del Gobierno ha definido como iniciales, y reconocido que no pretenden dar solución a la totalidad del problema— y expresan reticencias respecto a la carestía de la vida y la que consideran excesiva contención salarial. Por otra, los patronos temen las repercusiones de una reforma fiscal que, esta vez, parece que va a ser llevada efectivamente a la práctica, y han tomado, quizá fragmentariamente, unas recientes manifestaciones de Jiménez de Parga para acusarle de propósitos autogestionarios.

En realidad, no cabe sorprenderse ni alarmarse en exceso por tales tensiones, que no hacen sino poner de manifiesto la normalización democrática de las relaciones entre el capital y el trabajo, que son, por su propia naturaleza, conflictivas: pero que también son susceptibles de negociación y acuerdos.

, 3 agosto

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