Doce millones de pesetas, botín de un atraco a una empresa de Badalona

Un atraco, que concluyó en tiroteo y que produjo un botín de doce millones de pesetas, fue perpretado en la empresa metalúrgica «Motoplast», sita en la calle Witardo de Barcelona.

Cinco individuos armados con pistolas, que actuaban de forma muy coordinada, utilizando incluso un radioteléfono para comunicarse con quien habían dejado de vigilancia en la calle, se presentaron en las oficinas de la citada empresa, donde trabajaban más de cincuenta personas, a las que pusieron bajo la amenaza de las armas.

Dado que el dinero no se guardaba en dicha dependencia, uno de los asaltant...

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Un atraco, que concluyó en tiroteo y que produjo un botín de doce millones de pesetas, fue perpretado en la empresa metalúrgica «Motoplast», sita en la calle Witardo de Barcelona.

Cinco individuos armados con pistolas, que actuaban de forma muy coordinada, utilizando incluso un radioteléfono para comunicarse con quien habían dejado de vigilancia en la calle, se presentaron en las oficinas de la citada empresa, donde trabajaban más de cincuenta personas, a las que pusieron bajo la amenaza de las armas.

Dado que el dinero no se guardaba en dicha dependencia, uno de los asaltantes obligó al jefe de personal a llevarles hasta donde se encontraba el importe de las pagas mensual y de vacaciones, un total de unos veinticuatro millones de pesetas. De dicha cantidad, el asaltante rechazó los talones bancarios, quedándose con el dinero en efectivo, la mitad, aproximadamente.

Siempre llevando con ellos al jefe de personal, los atracadores abandonaron el edificio de cinco plantas, donde trabaja casi medio millar de personas, todas ellas afectas a la misma empresa. En el momento de salir a la calle, llegaba al lugar del hecho un coche patrulla de la Policía Municipal de Badalona, ya que uno de los empleados de «Motoplast» había conseguido dar la alarma, y los atracadores dispararon contra los agentes, que tuvieron que saltar del vehículo, respondiendo entonces al fuego.

El tiroteo sirvió para que el jefe de personal pudiera escabullirse de manos de los atracadores, que, al parecer, pretendían llevárselo como rehén. En pocos segundos, los asaltantes subieron a un Citroën GS, con el que pudieron huir.

Poco tiempo después, el automóvil, que había sido robado, era encontrado abandonado. En el tiroteo, uno de los agentes de la Policía Municipal, el cabo Manuel

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Durán, recibió un impacto de bala rebotada que le causó algunas heridas de poca consideración.

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