Tribuna:

Los bomeros de Madrid cumplen cuatro siglos

Los bomberos madrileños cumplen hoy cuatrocientos años. Sí. Cuatrocientos. En una provisión regla de 9 de julio de 1577 se dispuso la creación, con carácter permanente, de un cuerpo de hombres valerosos dedicado a sofocar los ,incendios que ya entonces mordían el rostro de la ciudad.Hoy, los bomberos de Madrid -725 para ser precisos- se enfrentan cotidianamente a situaciones muy distintas de las de la Villa de los Austrias, ya que la ciudad ha rebasado todas las previsiones concebibles en dos dimensiones, extensión y altura, aunque no sería de extrañar que el frenesí por sumarle personas y viv...

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Los bomberos madrileños cumplen hoy cuatrocientos años. Sí. Cuatrocientos. En una provisión regla de 9 de julio de 1577 se dispuso la creación, con carácter permanente, de un cuerpo de hombres valerosos dedicado a sofocar los ,incendios que ya entonces mordían el rostro de la ciudad.Hoy, los bomberos de Madrid -725 para ser precisos- se enfrentan cotidianamente a situaciones muy distintas de las de la Villa de los Austrias, ya que la ciudad ha rebasado todas las previsiones concebibles en dos dimensiones, extensión y altura, aunque no sería de extrañar que el frenesí por sumarle personas y viviendas comenzara pronto a explorar nuevas soluciones. esta vez subterráneas, para satisfacer al gran golem de nuestros días, la especulación.

Entretanto la ciudad crece apenas sin orden bajo continuas burlas de las normas sobre edificación, seguridad, habitabilidad o materiales, 725 hombres se ven obligados a diario a descifrar un mapa urbano que ya nadie es capaz de comprender, pero ctiyo abigarramiento suele ser casi siempre el factor que explica la proliferación de los daños del fuego, el agua, el gas o los vehículos. No se han descubierto todavía medios eficaces para dominar un incendio por encima de diez pisos, pero las torres´-colmena proliferan en urbanizaciones de ladrillos de colores y muros de papel. No existen escalas demás de treinta metros de altura, pero a los madrileños se les puede hacinar a presión en una de estas torres.

Independientemente de que los problemas del Cuerpo de Bomberos se hayan solucionado o no a raíz del conflicto del pasado mes de abril, el enorme problema de la dotación adecuada de un servicio de extinción de incendios, en una, ciudad de cuatro millones de habitantes, exige la búsqueda de medios e ideas, para acompasar a la realidad y a la eficacia las tareas de un grupo reducido de hombres diestros en combatir la muerte de los demás -y la suya- con poco más que la soledad de sus músculos y su traje de amianto.

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