De por qué el franquismo temía a las urnas

Por si les cabía todavía alguna duda, los españoles ya saben el por qué de la aversión de la dictadura a las urnas: los primeros comicios mínimamente libres celebrados en este país han arrojado por la borda con menos del 10% del total, a los últimos nostálgicos del franquismo, que han visto así cuál era la base real popular en la que se apoyaban. Los votos de los españoles han confirmado de manera aplastante una realidad indubitable: una minoría oligárquica había secuestrado la soberanía del pueblo para uso y abuso de sus particulares intereses. El pueblo español ha respondido nítidamente dand...

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Por si les cabía todavía alguna duda, los españoles ya saben el por qué de la aversión de la dictadura a las urnas: los primeros comicios mínimamente libres celebrados en este país han arrojado por la borda con menos del 10% del total, a los últimos nostálgicos del franquismo, que han visto así cuál era la base real popular en la que se apoyaban. Los votos de los españoles han confirmado de manera aplastante una realidad indubitable: una minoría oligárquica había secuestrado la soberanía del pueblo para uso y abuso de sus particulares intereses. El pueblo español ha respondido nítidamente dando un no rotundo a los residuos del franquismo, que queda así situado en su verdadero lugar y ello a pesar de contar no sólo con unos medios financieros verdade espectaculares, sino también con una parte muy importante del peso estructural de un caciquismo que se ha volcado en defensa de sus amos y señores del pasado. Pero resulta aleccionador, y esa es la primera enseñanza de las elecciones, ver cómo el pueblo ha sabido sortear las dificultades de un proceso electoral corto e insuficiente, buscando y reconociendo sus auténticos representantes, rechazando los fantasmas del pasado.

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