Egipto envía pilotos a Zaire

Unos cincuenta pilotos y mecánicos egipcios al mando de un coronel de aviación llegaron a Kinshasa, ocho horas después de que el presidente Anuar el Sadat anunciase en El Cairo el pasado domingo que Egipto «se hacía cargo de las operaciones de las Fuerzas Aéreas de Zaire» en la provincia de Shaba. Hasta ayer el número de soldados egipcios enviados a la capital zaireña ha sido calculado entre cien y doscientos hombres.El discurso pronunciado por Sadat, marca la intervención de Egipto en los asuntos africanos mediante su alineación junto a aquellos Estados del continente que se oponen a la influ...

Unos cincuenta pilotos y mecánicos egipcios al mando de un coronel de aviación llegaron a Kinshasa, ocho horas después de que el presidente Anuar el Sadat anunciase en El Cairo el pasado domingo que Egipto «se hacía cargo de las operaciones de las Fuerzas Aéreas de Zaire» en la provincia de Shaba. Hasta ayer el número de soldados egipcios enviados a la capital zaireña ha sido calculado entre cien y doscientos hombres.El discurso pronunciado por Sadat, marca la intervención de Egipto en los asuntos africanos mediante su alineación junto a aquellos Estados del continente que se oponen a la influencia de la Unión Soviética. Según Sadat, lo que ocurra en Shaba amenaza a Sudán.

Mientras tanto, en la región de Shaba, una emboscada tendida por los rebeldes a las fuerzas zaireño-marroquíes ha desencadenado en las proximidades de Kasaji los combates más violentos desde que se inició el conflicto en la antigua Katanga el pasado 8 de marzo. Las fuerzas gubernamentales han sufrido un número desconocido de muertos y treinta heridos. Parece ser que en esta lucha han participado «de manera efectiva» las tropas marroquíes, por primera vez desde que fueron enviadas al frente. Según los observadores occidentales, los rebeldes han reagrupado sus fuerzas en la región de Kasaji para hacer frente a la ofensiva del ejército de Mobutu.

Por otro lado, el régimen de Kinshasa ha propuesto a Angola el cierre de la frontera entre los dos países, y la supervisión de la zona por observadores africanos neutrales.