El Gobierno americano retira del mercado los pijamas infantiles inflamables

El Gobierno norteamericano ha ordenado la retirada de las tiendas de millones de pijamas infantiles tratados con una sustancia antiinflamatoria debido a que existen sospechas de que esta sustancia pueda inducir alguna forma de cáncer.

La decisión de la Agencia Federal del Consumidor, que vigila la seguridad de los productos retirará de las estanterías por los menos el 40% de los pijamas infantiles que están actualmente a la venta.

Como es sabido, a raíz de una serie de accidentes en niños, motivados por la rápida combustión de sus prendas de vestir tejidas a base de fibras sintét...

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El Gobierno norteamericano ha ordenado la retirada de las tiendas de millones de pijamas infantiles tratados con una sustancia antiinflamatoria debido a que existen sospechas de que esta sustancia pueda inducir alguna forma de cáncer.

La decisión de la Agencia Federal del Consumidor, que vigila la seguridad de los productos retirará de las estanterías por los menos el 40% de los pijamas infantiles que están actualmente a la venta.

Como es sabido, a raíz de una serie de accidentes en niños, motivados por la rápida combustión de sus prendas de vestir tejidas a base de fibras sintéticas, la industria de estas prendas se dedicó a investigar la fórmula para evitar este tipo de accidentes. Así se llegó a la sustancia llamada Tris, que asociada a las fibras las hacía incombustibles, protegiendo incluso al niño ante un eventual incendio casero.

La agencia del consumidor, sin embargo, decidió retirar del mercado los veinte millones de pijamas aun disponibles al saber que la citada sustancia, experimentada en animales, desarrolló algún tipo de cáncer.

Los expertos aseguraron que los niños podrían correr graves riesgos de salud al entrar en contacto con el Tris bien al chupar los pijamas, o bien con el simple roce sobre la piel.

Otro problema que ahora se deriva de esta medida es el económico, ya que la agencia no está dispuesta a compensar a los consumidores que se gastaron al menos 1.300 millones de pesetas en comprar este tipo de pijamas que la publicidad ofrecía como de mayor seguridad.

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