La URSS no descarta una solución política en Namibia
Las declaraciones hechas en Zambia por el secretario general del Ministerio de Relaciones Exteriores de la URSS, Leonid Iliyichev, aportan nuevos elementos para situar la perspectiva bajo la cual los soviéticos contemplan la evolución de los conflictos en el área surafricana. En Lusaka se examinan ahora bajo la lupa los resultados aparentes de la visita recientemente realizada por el presidente del Soviet Supremo, Nicolai Podgorny.lliyichev, uno de los personajes más relevantes de la delegación soviética, aseguró aquí en varias ocasiones que la URSS ha decidido poner «toda la carne en el asado...
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Las declaraciones hechas en Zambia por el secretario general del Ministerio de Relaciones Exteriores de la URSS, Leonid Iliyichev, aportan nuevos elementos para situar la perspectiva bajo la cual los soviéticos contemplan la evolución de los conflictos en el área surafricana. En Lusaka se examinan ahora bajo la lupa los resultados aparentes de la visita recientemente realizada por el presidente del Soviet Supremo, Nicolai Podgorny.lliyichev, uno de los personajes más relevantes de la delegación soviética, aseguró aquí en varias ocasiones que la URSS ha decidido poner «toda la carne en el asador» para resolver cuanto antes el problema de Rodesia. Invitado a precisar si, bajo estos términos, se refería a un incremento de la asistencia militar a los nacionalistas del Frente Patriótico, el diplomático soviético lo dio por descontado, remitiéndose a lo expresado por el propio Podgorny.
En Rodesia, mientras Ian Smith no sea liquidado políticamente por las potencias que lo sostienen y, en primer lugar, el régimen de Pretoria, la salida más inmediata a la crisis está circunscrita al lenguaje de las armas.
Los soviéticos han dado a entender que, en su opinión, no hay que dar el menor crédito a los intentos que parecen llevar a cabo norteamericanos y británicos para resucitar la conferencia de Ginebra.
Namibia
El problema de Namibia es considerado por la URSS bajo un ángulo distinto, en la medida en que una acción diplomática internacional puede precipitar la retirada militar de Surafrica de ese país.
La asistencia militar al movimiento SWAPO no relega a segundo plano la acción política, estima IliyIchev, quien hizo referencia a la voluntad mostrada por la Organización de las Naciones Unidas de no desmayar en su tarea para promover la independencia real de Namibia.
La derrota por las armas del ejército que Pretoria mantiene en Namibia es, aparentemente. descartada por Moscú y en su lugar hay que imponer un efectivo embargo internacional a las ventas de armas a la República Surafricana y convencer a Vorster de la legitimidad de los derechos del SWAPO.
Pero todo ello requerirá un período de tiempo notoriamente más largo que el que necesitará la solución del conflicto en Rodesia.
Donde tal vez, es más significativo el margen de maniobra que se conceden los soviéticos, es en lo relativo al caso de Surafrica en el que los términos utilizados se refieren, estrictamente, a la liquidación del racismo y en primer lugar, la política de segregación racial.