Desarticular el Movimiento

«Faltando tres meses para las elecciones parlamentarias, el Movimiento Nacional, que Franco usó para movilizar a los españoles en los momentos más decisivos, existe todavía.(...) Casi 8.655 alcaldes son miembros del Movimiento Nacional, quienes en la época de Franco, eran el vehículo del caciquismo español o los amos de las pequeñas ciudades.

(...) Si otros partidos. han sido legalizados, el. Movimiento Nacional mantiene una cadena de periódicos de provincia y agencias de prensa que tienen una línea conservadora. El Movimiento es la espina dorsal de los sindicatos verticales, que son to...

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«Faltando tres meses para las elecciones parlamentarias, el Movimiento Nacional, que Franco usó para movilizar a los españoles en los momentos más decisivos, existe todavía.(...) Casi 8.655 alcaldes son miembros del Movimiento Nacional, quienes en la época de Franco, eran el vehículo del caciquismo español o los amos de las pequeñas ciudades.

(...) Si otros partidos. han sido legalizados, el. Movimiento Nacional mantiene una cadena de periódicos de provincia y agencias de prensa que tienen una línea conservadora. El Movimiento es la espina dorsal de los sindicatos verticales, que son todavía los únicos legales en España. Poseen una editorial prolífica y una red deorganizaciones femeninas, de grupos de consumo y campos de veranoparalos niños.

Adolfo Suárez, que hizo su carrera en las filas del Movimiento Nacional antes de ser nombrado primer ministro, ha prometido en privado a los políticos de centro izquierda que neutralizará el Movimiento Nacional en. las elecciones, que se espera tengan lugar en mayo o junio.

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Esta promesa contraría las peticiones de la Oposición, que en un reciente mitin exigió que el Movimiento fuese desmantelado antes de las elecciones para garantizar que se celebren en una atmósfera de libertad y de neutralidad del Gobierno.

Pero desmantelar el Movimiento puede crear más problemas de los que puedan resolverse. Por una razón, los funcionarios del Movimiento, sintiéndose traicionados, pueden hacer una activa campaña por la extrema derecha.

Suárez espera, evidentemente, que los gobernadores civiles, que son los jefes locales del Movimiento, sean capaces de meter en vereda a sus subordinados durante la campaña electoral y en las elecciones. Los alcaldes y otros funcionarios del Movimiento tendrán que diniltir, Con toda probabilidad, si aspiran a participar en las elecciones.

En provincias, la Alianza Popular neofranquista corteja a los funcionarios del Movimiento con la esperanza de que vuelquen su influencia local hacia los candidatos de Alianza Popular. Una de las fracciones de la Alianza, La unión del Pueblo Español, está compuesta en su mayoría de figuras del Movimiento».

9 marzo

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