Barajas

Investigan las supuestas coacciones a empleados

Ayer, a las diez de la mañana, se abrió la investigación sobre supuestas coacciones y robos que produjeron una huelga de dos días entre el personal de cafeterías y restaurantes del aeropuerto de Barajas. Los hechos que se produjeron el pasado día 10, a causa de un supuesto robo continuado por parte de algunos trabajadores, motivaron una serie de actos, calificados en un escrito firmado por unos mil trabajadores del aeropuerto como métodos terroristas. Dichos actos consistieron en un llamamiento de la dirección a los trabajadores para que se presentaran en sus oficinas. «Cuando llegamos nos en...

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Ayer, a las diez de la mañana, se abrió la investigación sobre supuestas coacciones y robos que produjeron una huelga de dos días entre el personal de cafeterías y restaurantes del aeropuerto de Barajas. Los hechos que se produjeron el pasado día 10, a causa de un supuesto robo continuado por parte de algunos trabajadores, motivaron una serie de actos, calificados en un escrito firmado por unos mil trabajadores del aeropuerto como métodos terroristas. Dichos actos consistieron en un llamamiento de la dirección a los trabajadores para que se presentaran en sus oficinas. «Cuando llegamos nos encontramos con que estaban todos los subdirectores y el director. Nos acusaron de que robábamos en la cafetería, y luego una persona a la que no conocíamos de nada y otro que llegó más tarde sacaron unas pistolas y nos apuntaron a mí en el estómago y a José en la cabeza obligándonos a firmar el finiquito», manifestó Fernando Molina a EL PAIS. Según la versión obtenida en el transcurso de la reunión, uno de los hombres «que parecía policía», enseñó una placa a José María Román, cajero de la cafetería situada junto a la terraza del aeropuerto.

Denuncias y huelga

Ante esta amenaza, tanto Fernando Molina como José María Román firmaron el finiquito, motivo por el que se pudieron ir inmediatamente. «En cambio, a mí me tuvieron hasta las seis de la tarde, me hicieron desnudarme completamente para saber si había robado e incluso miraron los tacones de los zapatos», informó Julio Román, único de los tres trabajadores que se negó a firmar. Posteriormente, y ya en la comisaría del aeropuerto, en vista de la negativa por parte del trabajador a firmar, se le dijo que no se iba a denunciar el caso; minutos después, los tres trabajadores presentaron una denuncia en la comisaría y en el juzgado de guardia número quince.

Ante esta situación, los trabajadores de barra y todos los cajeros de las distintas cafeterías y restaurantes del aeropuerto iniciaron una huelga el mismo, día 10 a las doce de la noche. «Como les prometí a los trabajadores todo lo ocurrido se tiene que clarificar y para eso un letrado instructor, Gaspar González, ha comenzado a interrogar a trabajadores y directivos. Aparte de lo que digan los jueces esperamos que para final de esta semana se sepa qué hubo de cierto tanto en las coacciones como en los de los robos que sabemos que existen, aunque por el momento no presupongo nada», manifestó el director gerente de la empresa.

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