Bélgica duda entre el carbón y el uranio

A finales de semana, el Gobierno belga deberá afrontar el delicado capítulo del futuro energético en Bélgica. Desde hoy la prensa publica documentos contradictorios entre los defensores del desarrollo de la energía nuclear y los partidarios de una mejor explotación de las fuentes energéticas tradicionales, como el carbón, menos peligrosas para el medio ambiente.

«El futuro libro blanco sobre la energía» dará prioridad al carbón, escribe hoy el diario bruselense Le Soir. Se considera que el carbón deberá convertirse en el combustible privilegiado para la producción eléc...

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A finales de semana, el Gobierno belga deberá afrontar el delicado capítulo del futuro energético en Bélgica. Desde hoy la prensa publica documentos contradictorios entre los defensores del desarrollo de la energía nuclear y los partidarios de una mejor explotación de las fuentes energéticas tradicionales, como el carbón, menos peligrosas para el medio ambiente.

«El futuro libro blanco sobre la energía» dará prioridad al carbón, escribe hoy el diario bruselense Le Soir. Se considera que el carbón deberá convertirse en el combustible privilegiado para la producción eléctrica, en centrales polivalentes.El libro blanco contiene tres análisis sectoriales, sobre el carbón, el petróleo y el gas natural, como fuentes de energía capaces de limitar la expansión del sector nuclear, que tantas polémicas levanta en Europa, ante la oposición de los ciudadanos y los riesgos ce accidentes de contaminación atómica.

En carbón, además de su promoción en centrales eléctricas, en tanto que combustible, se pide un desarrollo de estudios en materia de gasificación subterránea y carboquímica. Otras formas de combustión deberían permitir utilizar los desperdicios no consumidos en la actualidad por su bajo rendimiento calorífico.

Contratos petrolíferos

En petróleo el libro blanco aconseja la promoción de contratos de abastecimiento, a largo plazo, con los Estados productores. Todo ello acompañado de una política de racionalización de consumo, regulación de almacenamiento y reforma del sistema de distribución.En gas natural (producto del que Bélgica depende casi esusívamente de las importaciones de origen holandés), se sugiere una limitación del consumo.

Suministro de uranio

En relación con el sector nuclear, el informe se interroga sobre las posibilidades de suministro de uranio, que podrían agotarse en un plazo de diez a quince años. Considera que el sistema de fusión «termonuclear», actualmente desarrollado a nivel experimental en Francia y la República Federal de Alemania, no podrá ser ampliamente utilizado antes del año 2025.En conclusión, el informe pide a los poderes públicos la elaboración de un programa para cambiar el ciclo energético actual (donde el futuro se basa, casi en todas partes, exclusivamente en el átomo) y una utilización a fondo del patrimonio energético actual, corno es el caso del carbón, en Bélgica.

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