Triunfo de la socialdemocracia alemana en el caso de los generales derechistas

La fracción conservadora del Parlamento de Bonn no ha lo,grado la destitución del ministro de Defensa de Ia RFA, Georg Leber, al que acúsa de haber retirado del servicio activo a dos generales sin mot ivo justificado. Desde los años 50 el Bundestag no discutía una moción de confianza contra el titular de una cartera gubernamental.El debate de cinco horas de duración, ha girado fundamentalmente en torno, al papel político de ciertos militares, muy vinculados a la extrema derecha. Los generales Krupinski y Franke pasaron a la reserva en octubre último tras haber sido amonestados por e...

La fracción conservadora del Parlamento de Bonn no ha lo,grado la destitución del ministro de Defensa de Ia RFA, Georg Leber, al que acúsa de haber retirado del servicio activo a dos generales sin mot ivo justificado. Desde los años 50 el Bundestag no discutía una moción de confianza contra el titular de una cartera gubernamental.El debate de cinco horas de duración, ha girado fundamentalmente en torno, al papel político de ciertos militares, muy vinculados a la extrema derecha. Los generales Krupinski y Franke pasaron a la reserva en octubre último tras haber sido amonestados por el ministro como consecuencia de haber tomado parte en una reunión militar organizada por el general más condecorado por Hitler, Hans Ulrich Rudel, conocido como el águila del frente oriental y hoy miembro activo del partido neonazi NPD. Los dos generales declararon entonces a la prensa que, en tanto figurasen en el Parlamento federal extremistas de la izquierda y antiguos comunistas, no veían por qué no habrían de tomar parte ellos en el acto organizado por Rudel. Esta frase se consideró denigrante para el Bundestag y para el sistema parlamentario de la RFA y obligó al ministro a decretar el cese de ambos oficiales.

La alusión de los generales se refería a Herbert Wehner, actualmente jefe de la fracción socialdemócrata y, en la década de los 20, miembro del PC Alemán.

El ministro ha conminado a la oposición democristiana a no sembrar la desconfianza entre la población, el ejército y el Parlamento al solidarizarse con posturas como las de los dos oficiales sancionados. La Democracia Cristiana, por su parte, ha defendido ncluso al ex general neonazi Rudel, al que considera uno de los soldados más valientes con que ha contado Alemania y que merece reconocimiento, aunque no se compartan sus posiciones políticas. En cuanto a los militares cesados, los democristianos les consideran víctimas no de su actuación, sino de un defecto sicológico de la socialdemocracia. Respecto de las connivencias de la Democracia Cristiana con los sectores ultraderechistas, se han recordado las palabras de saludo del coronel Schade en el citado encuentro de ex combatientes hitlerianos. Schadel por su lado, agradeció al, experto democristiano en cuestiones militares Boernes su gran aporte a aquella reunión de soldados.

Del debate parlamentario ha salido robustecida la figura del ministro Leber, quien, por primera vez, ha logrado para sí una defensa masiva de la coalición social-liberal, en la que hay numerosos diputados que le consideran excesivamente conservador. En cuanto a los generales Krupinski y Franke, se han disculpado por escrito ante Herbert Wehner y afirman que no han tratado de menoscabar el honor de las instituciones políticas de la RFA al atribuir una presencia de ex comunistas en el Parlamento.