Cartas al director

La huelga de PNN

Siendo licenciado, ha sido mi preocupación en los últimos años (desde que terminé la carrera) buscar un puesto de trabajo donde realizarme y que proporcionara un sueldo que permitiera una vida digna a mí y mi familia.Revuelta Roma con Santiago, la respuesta, incluso a instancias superiores, fue que el acceso a PNN tiene dos vías:

1. El dedo, «en «enchufe» o padrinazgo. 2 El azar.

La experiencia se encargó de confirmarlo, estando en la actualidad subempleado.

Mi sorpresa ante la huelga de PNN se convirtió en estupor al observar que la mencionada no se dirige contra un siste...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Siendo licenciado, ha sido mi preocupación en los últimos años (desde que terminé la carrera) buscar un puesto de trabajo donde realizarme y que proporcionara un sueldo que permitiera una vida digna a mí y mi familia.Revuelta Roma con Santiago, la respuesta, incluso a instancias superiores, fue que el acceso a PNN tiene dos vías:

1. El dedo, «en «enchufe» o padrinazgo. 2 El azar.

La experiencia se encargó de confirmarlo, estando en la actualidad subempleado.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Mi sorpresa ante la huelga de PNN se convirtió en estupor al observar que la mencionada no se dirige contra un sistema caduco, memorístico, denigrante, etcétera, de oposiciones, sino contra la inestabilidad en el empleo.

Fórmula contra la inestabilidad: la congelación de oposiciones. Resultado: ninguna «de fuera» echa a uno «de dentro». En castizo: la ley del embudo. Para entrar padrino, para los que no lo tienen: congelación y subempleo.

Que la inestabilidad es denigrante no vamos a dudarlo (también lo es la imposibilidad de «entrar» y el subempleo).

No es con actitudes particularistas e insolidarias como se logran las soluciones a los muchos problemas heredados.

No puede exijirse justicia donde hay orígenes tan poco confesables. A no ser que nos hallemos ante la lógica de los intereses particulares, en cuyo caso la justificación de esta carta está más que sobrada.

Archivado En