El Gran Bilbao, sin transportes públicos

A la huelga de transportes urbanos Tugbsa de Bilbao -que afecta a 750 de los ochocientos trabajadores de la plantilla- se sumó ayer la de los ferrocarriles y autobuses suburbanos de la capital vizcaína.Mil trabajadores de la compañía Efts, SA, entre conductores, motoristas, cobradores, interventores y empleados, iniciaron ayer un paro en protesta por la marcha de las negociaciones del nuevo convenio colectivo.

Ferrocarriles y Transportes Suburbanos, SA, tiene a su cargo los trenes que realizan el trayecto Bilbao-Plencia a través de una línea férrea que une ambas localidades. Paralelamen...

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A la huelga de transportes urbanos Tugbsa de Bilbao -que afecta a 750 de los ochocientos trabajadores de la plantilla- se sumó ayer la de los ferrocarriles y autobuses suburbanos de la capital vizcaína.Mil trabajadores de la compañía Efts, SA, entre conductores, motoristas, cobradores, interventores y empleados, iniciaron ayer un paro en protesta por la marcha de las negociaciones del nuevo convenio colectivo.

Ferrocarriles y Transportes Suburbanos, SA, tiene a su cargo los trenes que realizan el trayecto Bilbao-Plencia a través de una línea férrea que une ambas localidades. Paralelamente, una flota de autobuses realiza el servicio entre la capital bilbaína y Algorta, llevando a cabo también a lo largo del día varios viajes a Plencia.

A consecuencia de estas huelgas las localidades costeras quedaron incomunicadas con Bilbao, produciéndose grandes colas de coches de varios kilómetros de extensión, empleándose en un recorrido de alrededor de diez kilómetros, en algunos casos, más de dos horas de viaje.

Se espera que en el día de hoy prosiga el paro en los ferrocarriles y autobuses suburbanos. También los urbanos mantendrán al parecer su actitud, ya que el convenio firmado ayer no lo reconocen los trabajadores por no obedecer a sus peticiones. En resumen, los siete representantes de los trabajadores de oficinas de la empresa aceptaron la oferta -la misma propuesta desde el principio-, mientras los siete representantes de los operarios «mecánicos» la rechazaban.

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