Decepción en el País Vasco

En poco más de veinticuatro horas, la cumbre de ayuntamientos vascos, convocada para el domingo próximo en la localidad navarra de Echarri-Aranaz, ha pasado de ser una reunión a la que el propio presidente del Gobierno hubiera querido acudir a convertirse en un acto proscrito.

En nuestra primera edición de ayer recogíamos las esperanzas que habían suscitado en el País Vasco el anuncio oficioso de que Martín Villa iba a presidir la reunión. Apenas unas horas más tarde hubo que modificar la información primera para hacer pública en nuestra última edición la nota oficial por la ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En poco más de veinticuatro horas, la cumbre de ayuntamientos vascos, convocada para el domingo próximo en la localidad navarra de Echarri-Aranaz, ha pasado de ser una reunión a la que el propio presidente del Gobierno hubiera querido acudir a convertirse en un acto proscrito.

En nuestra primera edición de ayer recogíamos las esperanzas que habían suscitado en el País Vasco el anuncio oficioso de que Martín Villa iba a presidir la reunión. Apenas unas horas más tarde hubo que modificar la información primera para hacer pública en nuestra última edición la nota oficial por la que se suspendía la cumbre y se anunciaba a título de recambio un viaje del ministro de la Gobernación al País Vasco. Este viaje tendrá lugar hoy mismo. Según nuestras noticias, los alcaldes navarros están citados a las doce del mediodía en el Gobierno, Civil de Pamplona y a las seis de la tarde, en el de Vitoria, los de las otras tres provincias vascas.

La clave de este repentino cambio de actitudes en el Gobierno habría que buscarla, posiblemente, en la reunión mantenida por Martín Villa con los gobernadores civiles de las cuatro, provincias, convocados con carácter urgente en Madrid.

Julio Jauregui y el procurador Escudero Rueda se entrevistaron ayer con el ministro de la Gobernación, quien les manifestó que la semana próxima podría celebrarse la asamblea de municipios vasco-navarros, si se cumplerí ciertas condiciones, entre. ellas las garantías de- que el orden será mantenido.

Por otra parte, en medios próximós al Gobierno se consideraba anoche que la suspensión de la asamblea de Echarri-Aranaz se había debido al temor de manifestaciones paralelas a la reunión de alcaldes. También se consideraba difícil una próxima concesión de amnistía, así como la permisión del uso de la ikurriña y se lamentaba la degradación de la situación en el País Vasco.

Archivado En